Morales Del Valle, Luis
Obrero
El Siervo de Dios se casó con Dª. Apolonia Morales Rubio el 7 de febrero de 1914, en la iglesia parroquial de Santa María en Uclés, y tuvieron ocho 8 hijos: Esteban, María Josefa, Milagros, Luisa, Áurea, Angustias, Luis y Pilar. Tuvo otros tres hijos que murieron, Luisa a los ocho días de vida y dos Desiderios de sarampión.
Realizó estudios para ser maestro, pero adoptó el oficio de albañil, su padre también lo había sido. Se caracterizó por ser un obrero modelo de honradez y de amor al trabajo, distinguiéndose por su actuación sentida y tenaz a favor de la religión y de la justicia. Hombre profundamente religioso y de oración. Ayudó en muchas ocasiones a los frailes agustinos del Monasterio de Santiago Apóstol que residían en Uclés. El día 27 de julio de 1936, a las diez de la noche, se presentaron a detenerlo en su casa, cuando toda su familia estaba ya en la cama. Detenido fue conducido a la iglesia, convertida en cárcel, junto con otras 30 personas más. Con cinco automóviles se presentaron doce o catorce forasteros armados para llevárselos a Tarancón. El alcalde eligió a nueve de los treinta detenidos que había, entre ellos Luis Morales, junto con el padre José Gutiérrez Arranz, superior del Seminario agustino de Uclés, junto con los padres José Aurelio Calleja, Enrique Serra y Antolín Astorga, varios estudiantes, el párroco del pueblo, Vicente Toledano, y algunos seglares. El padre José Gutiérrez Arranz, superior del seminario, suplicó a los milicianos que dejasen libres, al menos, a los más jóvenes. Su ruego fue atendido. La comitiva se puso en marcha y los detenidos comenzaron a rezar, convencidos de que les esperaba la muerte. Al llegar a las Emes de Belinchón se detuvieron, sobre la una de la madrugada, les hicieron descender del coche, y apenas descendidos de los coches, gritaron: “¡Viva Cristo Rey!”, murieron fusilados, en la noche del 27 al 28 de julio de 1936.
Este albañil, buen hombre, fue detenido sólo por ser católico, al morir, dio muestras nuevamente de su fe, gritando ¡Viva Cristo Rey. Murió asesinado en la noche del 27 al 28 de julio de 1936 en las Emes de Belinchón, en la carretera Madrid-Valencia, sólo por ser católico y por odio a la religión católica. Tenía 47 años de edad cuando fue asesinado y tiene fama de mártir.




