Alonso Fraile, Pablo

Coadjutor de Villamayor de Santiago

Pablo Alonso Fraile nació, en Fuente de Pedro Naharro, Cuenca, el día 7 de junio de 1904. Era hijo de Isidoro Alonso Alonso y Andrea Fraile. Tenía una hermana llamada Cristeta. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Cuenca entre los años 1916-1927, recibiendo el presbiterado el 10 de junio de 1927 de manos del Obispo de la Diócesis de Cuenca, Monseñor Cruz Laplana y Laguna, en la Catedral de Cuenca.

Su primer destino fue como coadjutor de Villares del Saz, Cuenca. El año 1929, fue nombrado ecónomo de Uclés; en 1930, Párroco de El Hito y en 1935, coadjutor de Villamayor de Santiago, donde por su celo, simpatía y espíritu caritativo, se ganó la amistad y aprecio de sus feligreses.

En el ímpetu de la persecución, el día 5 de agosto de 1936, fue detenido junto con el párroco del mismo Villamayor de Santiago, el siervo de Dios d D. Juan Benito Martínez-Soriano López, y fueron encarcelados en las celdas del convento de la localidad, de donde habían sido expulsadas las religiosas. En aquella cárcel entraban los milicianos varias veces al día para maltratarlos. Una vez, sus verdugos, refiriéndose a Don Pablo dijeron: » A matar a ese cura, que al final nos convierte».

Al amanecer del 22 de agosto, lo sacaron del convento y en la plaza se unieron con otros grupos de milicianos que llevaban detenidos también a dos hombres y a una mujer, y a todos los condujeron al cementerio, donde la gente, convocada para asistir al sangriento espectáculo, recibieron a las cuatro víctimas con grande algarabía y después de atormentarlos nuevamente, los asesinaron, habiendo absuelto el sacerdote a sus compañeros de martirio antes de morir.

Fue asesinado, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo, el día 22 de agosto de 1936, en el cementerio de Villamayor de Santiago, Cuenca, donde fue enterrado. Años después, sus restos fueron trasladados al cementerio de la Fuente de Pedro Naharro. Desde su muerte tiene fama de mártir. 

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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.