Puerta Saiz, Adolfo
Párroco de Garcinarro
El Siervo de Dios realizó los estudios eclesiásticos en el Seminario conciliar de San Julián en Cuenca, desde el curso 1909. Fue ordenado presbítero el 16 de marzo de 1918 por el Obispo de Cuenca, Monseñor Wenceslao Sangüesa y Guía.
Poco sabemos de sus primeros destinos como sacerdote. Por los Boletines Oficiales de la Diócesis podemos comprobar que en 1919 es ecónomo en Villarejo de La Peñuela. En 1927 es ecónomo en El Provencio y a partir de 1930 fue párroco de Garcinarro.
A este último destino su madre venía a pasar algunas temporadas con él. Según declaraciones, tenía gran celo por el culto y el templo. Tenía todo limpio y ordenado. Celebraba en el pueblo dos Misas los domingos para facilitar el cumplimiento del precepto dominical, predicando todos los domingos. También destacaba por su celo por la catequesis, con las visitas a la Virgen del Sagrario, el cuidado de los enfermos llevándoles la comunión y la atención a los ancianos. Las gentes del pueblo recuerdan lo bien que preparaba las Primeras Comuniones de los niños. Caritativo con pobres y enfermos. Repartía a los niños juguetes, estampas, rosarios… y las niñas cuidaban con esmero e ilusión el jardincito que había en la Iglesia Parroquial. Tenía muchos monaguillos. Su hermano era el presidente de la hermandad de labradores y, a instancias suyas, se compró para el pueblo una máquina seleccionadora de semillas.
Le encontró la persecución religiosa en el pueblo de Garcinarro, donde enseguida se comenzó a destrozar todo lo religioso. Viendo que arreciaba la persecución, huyó del pueblo y se fue a Castillejo del Romeral. Pero hasta allí acudieron a por él, y lo encontraron. Lo detuvieron y no estuvo en la cárcel mucho tiempo porque enseguida lo mataron con una escopeta de perdigones, sin juicio ninguno y ninguna causa. Falleció en la carretera de Carrascosa del Campo, el 5 de noviembre de 1936.
Lo enterraron en el cementerio de Carrascosa del Campo y más tarde en el cementerio de Castillejo del Romeral (Cuenca). Tenía 45 años de edad cuando fue asesinado, solamente por el hecho de ser sacerdote.




