García Mochales Smith, José
Párroco de Fuente de Pedro Naharro
El Siervo de Dios realizó los estudios eclesiásticos como alumno interno del Colegio de la Inmaculada Concepción de Calatrava en Salamanca, porque disfrutaba de una beca, desde el curso 1886/1887. Fue ordenado presbítero el 30 de marzo de 1900, en la Catedral de Toledo, con permiso de S. Santidad y con dimisorias del Vicario Capitular de la Diócesis de Cuenca.
Tras unos años de ministerio en pueblos de Albacete, fue nombrado párroco de Fuente de Pedro Naharro en 1917. Se distinguió por ser muy trabajador, celoso y caritativo en extremo.
Al comenzar la guerra y ante la violencia que iban tomando los acontecimientos, sus padres le insistieron que se fuera con ellos a Santander, donde estos residían, para proteger su vida. Él rehusó anteponiendo sus convicciones y su labor ministerial, no queriendo abandonar a sus feligreses en esos convulsos momentos. Cuando ya era generalizada la persecución religiosa, el día 3 de septiembre de 1936 a las seis de la tarde, se presentaron tres milicianos en su domicilio en el que vivía con su hermana Remedios y le dijeron: “Pepe, vamos a dar un paseo”. Él, sabiendo a lo que venían, les pidió unos minutos para cambiarse de zapatillas y le dijeron: “No necesitas zapatos a donde vamos…”. No obstante, tuvo un momento para dejar a su hermana unas letras de despedida. Estuvo toda la noche encerrado, y de madrugada lo condujeron hasta cerca de Belinchón y en la cuneta de la carretera lo asesinaron. Encadenado a otros siete hombres. Suplicó a sus verdugos: “Matadme a mí que no tengo hijos que me esperen, pero dejad libres a estos padres de familia, yo os perdono”. Suplicó en vano. Recibió un culatazo que le aplastó el cráneo. Todos fueron fusilados. Su cadáver fue enterrado en el mismo lugar del martirio. Según testigos, murió alabando al Señor con la advocación del Sagrado Corazón de Jesús, devoción que le acompañó durante toda su vida. Era el 4 de septiembre de 1936.
El 8 de julio de 1939 finalizada toda la persecución, sus restos fueron trasladados a la iglesia de Corral de Almaguer, Toledo, donde permanecen enterrados. Murió asesinado en la mañana del día 4 de septiembre de 1936, en la carretera, cerca de Belinchón, Cuenca, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe católica. Se recuerda su muerte y tiene fama de mártir.




