Navarro Rincón, José Antonio

Seminarista

José Antonio nació en Casasimarro (Cuenca) en una familia cristiana el 21 de agosto de 1917, donde fue bautizado a los dos días. Recibió la Primera Comunión en Iniesta el año 1925. Unos años después, desde Sisante, donde residía con su familia, ingresó en el Seminario Conciliar de San Julián de Cuenca, donde recibiría el sacramento de la confirmación y donde cursó hasta primero de Teología.

Fue un seminarista modélico por su vida de oración, mortificación, estudio y observancia del reglamento. Destacó por su amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen, siendo muy estimado por sus compañeros y superiores.

Iniciada la persecución religiosa fue enviado a su casa, como el resto de seminaristas al final del curso 1935-1936. Desde Casasimarro se desplazaba a Rubielos Bajos o Sisante para confesar con alguno de los sacerdotes de estas localidades. El 24 de septiembre de 1937 junto con su quinta fue movilizado por el ejército republicano. Tras una estancia en Valencia fueron enviados al frente de Zuera (Zaragoza). Extrañados por su ejemplaridad de vida, sus superiores militares pidieron informes a Casasimarro y al saber que era seminarista fue detenido e interrogado, permaneciendo fiel hasta el final y confesando su fe.

Ante la tropa que presenciaba el fusilamiento no permitió que le taparan los ojos, perdonó a sus verdugos y pidió a Dios perdón para todos. Murió dando vivas a Cristo Rey el 25 de febrero de 1938 en el “Vedado de Zuera”, donde fue sepultado.

En 1940 su cadáver fue exhumado y el 24 de abril recibió sepultura en la Iglesia parroquial de Casasimarro, donde aún reposa.

Se abrió su causa de beatificación en el año 1993, siendo posteriormente unida a la causa del resto de mártires conquenses.

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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.