Huertas Molina, Bernabé

Cura de Socuéllamos

Bernabé Huertas Molina1 nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), pueblo manchego en el “corazón de La Mancha,) el 11 de junio de 1903, en la calle de la Cruz, n. 11. Sus padres se llamaban Joaquín Huertas y Campos, de profesión pastor y Francisca Molina y Quiralte. Fue bautizado el día 15 del mismo mes en la Parroquia de Santa María la Mayor de Alcázar de San Juan por el sacerdote don Manuel Moreno, Coadjutor de la Parroquia. Fue su madrina Isidra Jiménez. Nació y creció en un ambiente sencillo, pobre, pero muy cristiano. Desde niño se caracterizó por una simpatía atrayente y encantadora, a pesar de sus limitaciones físicas, como una mano mutilada, mordida del terrible bacilo y siempre protegida de negra envoltura; y, sin embargo siempre con la sonrisa en los labios y dulce mirada.

Inicia sus estudios en el Seminario de Ciudad Real el año 1913 completando su formación intelectual en Toledo con el Doctorado en Sagrada Teología. Cantó su primera misa en Alcázar de San Juan con sólo 22 años de edad, el 31 de mayo de 1926, en la Parroquia Santa María de Alcázar de San Juan donde fue bautizado. El 26 de julio 1926 es destinado a Tomelloso, como Coadjutor, permaneciendo nueve años en el cargo hasta que el 15 de febrero de 1935 fue designado como Cura Ecónomo de la Parroquia de Socuéllamos. Pronto se hizo famoso por su facilidad oratoria y fervor; y, como predicador recorrió la mayoría de las parroquias de la comarca en la diócesis.

Los frutos de su predicación apostólica y de su celo sacerdotal no tardaron en hacerse notar. En Tomelloso muy pronto se rodeó de un buen grupo de niños y jóvenes. El Párroco don Vicente Borrell Doz (mártir de la persecución religiosa en Tomelloso, 16.08.1936), viendo 1 Puede verse el Perfil biográfico en Martirio en el corazón de La Mancha, pp. 163 y 164, EDIBESA. Madrid, 2009; Y Biografía en imprenta: El Siervo de Dios Bernabé Huertas Molina. Imán de Dios para la juventud. sus cualidades le encargó la dirección de los Jueves Eucarísticos. Y con los monaguillos y jóvenes organizó todos los jueves del año la Misa de Comunión y por la tarde Hora Santa.

Por el año 1932-33 se organiza la Acción Católica y es nombrado consiliario. Para llevar adelante su obra ya cuenta con un plantel de jóvenes seleccionados por él de los Jueves Eucarísticos, que los pone al frente, no sin antes formarlos. Entre esos jóvenes estaba Ismael Molinero Novillo, que moriría en Zaragoza el 5 de mayo de 1938 en olor de santidad, a la edad de 21 años, cuyos restos, por iniciativa de don Emeterio Echeverría Barrena, Obispo Prior, fueron trasladados a Tomelloso el 14 de mayo de 1950 y en la actualidad en proceso de canonización, habiéndose clausurado la fase diocesana el día 3 de diciembre del año 2009.

En circunstancias ya bien amenazadoras llegó a Socuellamos como Cura de aquella Parroquia el 15 de febrero de 1935. El 24 de julio de 1936 fue cerrada la iglesia y precintada la puerta que comunicaba la casa Rectoral con el templo. En septiembre, unos días antes de ser asesinado, don Bernabé desprecinta la puerta que comunica con la iglesia y revestido de sus mejores ornamentos celebra la Santa Misa acompañado de sus padres y hermana; presentía el martirio.

Llega la mañana del 5 de septiembre y es sacado de la casa con el pretexto de hacer unas declaraciones en el Ayuntamiento. Y, al amanecer del día 6 de septiembre, es llevado por la carretera de El Bonillo (Albacete) y, en el sitio denominado “Cuesta de la Herradura”, fue asesinado. En el lugar se levantó un monumento con una cruz, que ha sido respetado, a pesar de las obras y nuevo trazado de la carretera, y nunca faltan flores. El 4 de septiembre de 1992, por mandato del Sr. Obispo de Ciudad Real don Rafael Torija de la Fuente se recogen los testimonios en pro de la causa de canonización y se crea, tanto en Alcázar de San Juan como en Socuéllamos, una congregación o asociación de fieles con esta finalidad. Son numerosos los testimonios escritos que se han tomado de la fama de martirio y favores por intercesión de don Bernabé no sólo en esa comarca sino en la diócesis. Perdura la fama de santidad y martirio.
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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.