Navarro Rincón, José Antonio
Seminarista
Fue un seminarista modélico por su vida de oración, mortificación, estudio y observancia del reglamento. Destacó por su amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen, siendo muy estimado por sus compañeros y superiores.
Iniciada la persecución religiosa fue enviado a su casa, como el resto de seminaristas al final del curso 1935-1936. Desde Casasimarro se desplazaba a Rubielos Bajos o Sisante para confesar con alguno de los sacerdotes de estas localidades. El 24 de septiembre de 1937 junto con su quinta fue movilizado por el ejército republicano. Tras una estancia en Valencia fueron enviados al frente de Zuera (Zaragoza). Extrañados por su ejemplaridad de vida, sus superiores militares pidieron informes a Casasimarro y al saber que era seminarista fue detenido e interrogado, permaneciendo fiel hasta el final y confesando su fe.
Ante la tropa que presenciaba el fusilamiento no permitió que le taparan los ojos, perdonó a sus verdugos y pidió a Dios perdón para todos. Murió dando vivas a Cristo Rey el 25 de febrero de 1938 en el “Vedado de Zuera”, donde fue sepultado.
En 1940 su cadáver fue exhumado y el 24 de abril recibió sepultura en la Iglesia parroquial de Casasimarro, donde aún reposa.
Se abrió su causa de beatificación en el año 1993, siendo posteriormente unida a la causa del resto de mártires conquenses.




