Silva Soria, Severiano de
Terrateniente
Estudió primero Filosofía y Letras, pero como le gustaba ser abogado, ya de casado estudió también Derecho, aunque no ejerció como abogado, sino que se dedicó a llevar la explotación agrícola familiar. Se caracterizaba por ser un caballero muy cristiano y español, de santas costumbres, que se distinguió siempre por su piedad. Fue también diputado en las Cortes en 1920. Buen esposo, buen padre y buen hermano. Al igual que sus hermanas era muy querido porque tenía mucha caridad con todos, con sus obreros y las familias de los mismos.
Cuando se intensificó la persecución religiosa en Horcajo, su mujer e hijos pudieron marcharse a Madrid donde vivían también, el Siervo de Dios se quedó en Horcajo para cuidar de sus hermanas con la intención de marchar poco tiempo después también a Madrid. Sus hijas relataron que durante quince días llamó a su madre diciéndole que no podían salir del pueblo y que se horrorizó al darse cuenta de que estaba en verdadero peligro. El día 12 de junio de 1936 escribió una carta a un amigo, diciendo: “Celebro que estés bien con tu familia como aquí gracias a Dios lo estamos. Lo demás, bueno o malo, nos lo dará el Señor por añadidura”.
Cuando por fin fue preparado el viaje, los milicianos les engañaron, fueron sacados de su domicilio, montándolos en un coche que les dijeron que les conduciría a la estación para coger el tren de Madrid. El chofer que los llevaba también fue engañado, trabajaba al servicio de los Silva. Los milicianos quisieron sacarlos fuera del pueblo para su asesinato porque temían a la gente que los apreciaba mucho. Así en la tarde del 17 de agosto de 1936, se llevaron a los tres hermanos de Silva y Soria a una finca que ellos tenían en la Fuente de Pedronaharro, en el sitio llamado los eriales. Los testigos relataron primero mataron a sus hermanas, Rosa y Milagros, y después a don Severiano. Fueron fusilados a pocos kilómetros del pueblo, el 17 de agosto de 1936, por la tarde. Es considerado como mártir.
Lo enterraron en el cementerio de Fuente de Pedro Naharro (Cuenca), después, sus restos fueron trasladados a Madrid. Tenía 61 años de edad cuando fue asesinado.




