Torres Martínez, Juan

Casado, Secretario de Huelves

Nació en Tribaldos, Cuenca, el 27 de diciembre de 1897. Contrajo matrimonio con Dª. Laureana Bustos Elvira, el 28 de agosto de 1925, en la iglesia parroquial de Santo Domingo de Silos de Tribaldos. Tuvo tres hijos: María Josefa, María Luz y Juan.

De profesión era secretario del Ayuntamiento de Huelves (Cuenca). Se caracterizaba por su fama de honradez, además de su laboriosidad, patriotismo religiosidad. Es recordado como un buen cristiano, buen padre y esposo. Hizo el servicio militar en el regimiento del Rey, ganándose la simpatía y la confianza de sus jefes, que le nombraron instructor de S.A.R. el Príncipe de Asturias.

Iniciada la Guerra Civil y extendida por todas partes la persecución religiosa, sus tías quisieron llevárselo a Madrid, pero él decía que no había hecho mal a nadie y tampoco quería dejar sola a su familia. Cuando fueron a buscarlo los milicianos, él no estaba en casa, sino en el campo. Al volver al pueblo, fue a casa de un amigo, quien le dijo: “Juan, te están buscando. Huye al campo, vete”. Pero él respondió: “¿Y si hacen algo a mi mujer y a mis hijos?”. Fue a su casa y los milicianos registraron el domicilio y le encontraron un álbum de fotos en una de las cuales aparecía el rey Alfonso XIII estrechándole la mano. Lo detuvieron y lo llevaron a Huelves, donde apresaron a otras personas, comprendiendo que su vida corría peligro, entrego a una mujer la alianza matrimonial, pidiendo que la hiciera llegar a sus hijos. Desde ese lugar fue trasladado a una checa de Tarancón, donde dio pruebas de su fe católica hasta el último momento. Antes de morir sacó un frasquito de agua bendita, que había recogido del cadáver de su hermano, y ofreció de ella a todos sus compañeros de martirio para que hiciesen la señal de la cruz, lo que hicieron todos.

Murió asesinado el día 30 de octubre de 1936, en la carretera de Madrid, en las llamadas Emes de Belinchón, por ser católico y por odio a la fe de la Iglesia Católica.

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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.