Rubio García, Laureano

Párroco de Montalbo

Nació en Montalbanejo, Cuenca, el día 4 de julio de 1884. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de San Julián de Cuenca, entre los años 1903-1908, y fue ordenado presbítero el 13 de junio de 1908 por el Obispo de Cuenca, Monseñor Wenceslao Sangüesa y Guía, en la Catedral de Cuenca.

Poco después de ser ordenado sacerdote, fue nombrado cura ecónomo de Valhermoso de la Fuente, pasando a desempeñar este mismo oficio en Fuentelespino de Haro el año 1917. Unos años después, en 1930, fue nombrado párroco de Montalbo y encargado de Villasviejas. En 1934, para ganar su sustento y el de su familia, se marcha a Honrubia, y, sin abandonar el ministerio, trabaja como contable en una fábrica de harinas, donde establece también una capilla. Siempre desempeñó el ministerio con un gran celo, distinguiéndose por su humildad y amor a los pobres. Fue muy querido y respetado por todos los feligreses de estos pueblos.

Al iniciarse la persecución religiosa se trasladó a Montalbanejo, su pueblo natal, donde esperaba encontrar más seguridad. Pero en el mes de septiembre arreció la persecución religiosa en Montalbanejo. El templo parroquial fue saqueado y destrozado, robando todos objetos de valor al tiempo que se extendía el terror entre todos los habitantes del pueblo. Al mismo tiempo comenzó la persecución a las personas, siendo amenazados de muerte todos aquellos que se distinguían por su fe y vida cristiana. Anduvo oculto por casas y por los campos hasta que fue detenido y encarcelado en la iglesia parroquial el 16 de septiembre. Se burlaron de él, fue insultado, maltratado y groseramente vilipendiado. En su cuerpo aparecían las huellas de los golpes recibidos. Después de despojarlo de sus vestiduras, entre insultos, murió asesinado en compañía del Rvdo. D. Celio Sepúlveda Lozano en el término de Villarejo Periesteban. El que había llamado a la conversión tantas veces, habló de Dios a sus verdugos y éstos, en respuesta, después de oír palabras de perdón y el grito de “Viva Cristo Rey”, fue fusilado el día 19 de septiembre de 1936. Tenía 52 de años de edad.

Sus restos fueron enterrados en el cementerio de Zafra de Záncara y trasladados después al cementerio municipal de Montalbanejo. La fama de martirio del Siervo de Dios se difundió entre la gente de su pueblo y otros lugares.

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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.