Palacios López, Wenceslao
Coadjutor de Mota del Cuervo
Fue ordenado presbítero el 19 de septiembre de 1896, por el Obispo de la Diócesis de Cuenca, Monseñor Pelayo González Conde, en la Catedral de Cuenca. Poco después fue nombrado Coadjutor de Mota del Cuervo, donde estuvo hasta que lo mataron. Era recordado por los que lo conocieron como un sacerdote ejemplar y bondadoso, fue muy estimado por sus paisanos, sobre todo por los pobres a los que ayudó de forma especial. Muy devoto de la Virgen de Manjavacas, del Corazón de Jesús y del Santísimo Sacramento, siendo Capellán de Cofradía de Santísimo Sacramento y de la Hermandad de la Catequesis Parroquial.
Iniciada la Guerra Civil y cuando la persecución religiosa comenzaba a generalizarse violentamente, fue detenido el 24 de julio de 1936 y encarcelado. Algunos días después fue trasladado a Cuenca, donde fue torturado, física y moralmente, y cruelmente asesinado. Su cadáver, al ser exhumado, presentaba las huellas de un martirio cruel. Don Wenceslao murió con gran resignación cristiana y como hiciera algún signo significativo de elevar sus manos al cielo, implorando clemencia y perdón al Todopoderoso, le seccionaron un brazo, como diciéndole: “Para que no lo levantes otra vez”. Dejando que sufriera un largo rato, acabaron con él con varias descargas de fusil. Murió asesinado el día 21 de septiembre de 1936, a 4 kilómetros de Cuenca, en la carretera de Villar de Olalla, Cuenca, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo. Desde el momento de su muerte se le consideró mártir.




