Olarieta Crespo, Germán
Presidente del Tribunal de Menores de Cuenca y veterano de la Adoración Nocturna
Era maestro, oficial de prisiones y presidente del Tribunal de menores. Se distinguía en todas partes porque actuaba como lo que era, un católico de piedad profunda, activo sin descanso, honrado sin tacha alguna, apacible y candoroso, que a todo mundo complacía y hacía el bien. Era veterano de la Adoración Nocturna, instructor de la Juventud Franciscana, secretario de la Asociación de Padres de Familia, socio de la Conferencia de San Vicente de Paúl, miembro de varias cofradías, periodista y corresponsal de la prensa católica. Todos los presos lo alababan y siempre le guardaban cariño.
Murió asesinado el día 15 de agosto de 1936, a las doce de la noche, en el camino de San Isidro, cerca de la cárcel de Cuenca, por ser católico y por odio a la fe. Sabedor de que podían ir a buscarlo, temiendo por su familia, no regresaba al domicilio familiar, sino que dormía en su despacho de la cárcel. Allí fueron a buscarlo los milicianos que lo sacaron de la cárcel, él adivinando la intención que tenían de asesinarlo, se despidió de sus compañeros de cárcel con estas palabras: “¡Adiós, hasta la eternidad!”. Pocos minutos después, resonaron los tiros del martirio.
En Cuenca se recuerda su muerte y es considerado mártir de la Iglesia Católica.




