Pérez Grueso, Toribio
Labrador
De profesión era labrador. El Siervo de Dios vivía con sus hijos y una nuera. Se caracterizaba porque era muy honrado y trabajador, de buenos sentimientos y amante de la familia, gran entusiasta de las ideas católicas. De intensa práctica religiosa.
En el contexto de persecución, el Siervo de Dios sufrió durante semanas el señalamiento de los milicianos, llegando a sufrir de hecho el acoso. El día 5 de noviembre de 1936, mientras hacía en su casa labores propias de su profesión, se presentaron unos milicianos que le invitaron a ir con ellos al Ayuntamiento para firmar algo. Cuando llegaron allí, lo maniataron y así lo tuvieron hasta el momento de matarlo. Pocas horas después, junto con otros seis detenidos, lo trasladaron al lugar indicado para asesinarlo. Antes pudo hablar con su nuera, recomendándole que cuidara de su hijo Felipe, pues suponía que a él lo matarían también. Sus dos hijos murieron en el frente, al parecer asesinados a causa de las denuncias del pueblo. Murió asesinado el día 6 de noviembre de 1936, al mediodía, en el término de Saelices (Cuenca), en el lugar llamado Arroyo del Gato.
En una declaración se afirma que todos fueron detenidos por ser cristianos, sin ningún motivo político, y que, de haber renegado de la fe, el Siervo de Dios hubiera sido liberado Lo enterraron en el cementerio de Montalbo. Tenía 55 años de edad cuando fue asesinado por su vida de católico practicante y por odio a la fe cristiana.




