Peláez Plaza, Rafael

Coadjutor de Utiel

Nació, en Honrubia, Cuenca, el día 19 de marzo de 1907. A la muerte de su padre, creyendo que sus esperanzas de estudiar para sacerdote se iban a desvanecer, escribió una carta al antiguo cura de su pueblo, pidiéndole que se interesase por su ingreso en el Seminario, pues, si no se realizaba su deseo, se le haría imposible la vida. El cura lo ayudó. El Siervo de Dios realizó los estudios eclesiásticos en el Seminario conciliar de San Julián en Cuenca, desde el curso 1920. Se distinguió por su conducta humilde y apacible, disciplinada y recta, se basaba únicamente en motivos religiosos, pues sólo pretendía agradar a Dios y prepararse para el sacerdocio. Por su buen comportamiento y la elevación de sus ideales, se captó la simpatía y el cariño de sus superiores, profesores y compañeros, hasta los más indisciplinados y que peor se portaban, los cuales miraban su amistad como un honor y seguían sus buenos consejos y ejemplos.

Fue ordenado presbítero el 28 de febrero de 1931, por el Obispo de la Diócesis de Cuenca, Monseñor Cruz Laplana y Laguna, en la Catedral de Cuenca. Una vez ordenado sacerdote, fue destinado a la parroquia de Utiel, como coadjutor, donde se distinguió por su piedad y prudencia en sus deberes sacerdotales.

En una declaración leemos que el día 7 de julio de 1936, se encontraba en su despacho, leyendo la vida del P. Pro, martirizado en Méjico, y dijo: “¡Qué hermoso es el martirio…!, ¡Si el Señor nos lo concede, tenemos que recibirlo con gusto, no sólo porque siempre hay que estar conforme con su voluntad, sino porque a cada uno le lleva por el camino que más le conviene, y en sus planes entrará que el medio para su salvación sea el martirio!… qué medio más rápido de ir al Cielo!”.

Al iniciarse la persecución religiosa, estaba en Utiel y ahí le impusieron una multa por las actividades de su ministerio. Fue detenido y a los pocos días asesinado, el 2 de agosto de 1936, en el término de Garaballa.

Los mismos milicianos, después de haberlo asesinado, para justificar su muerte, no encontraban razón ni pretexto alguno, fuera de su carácter sacerdotal. Algunos alegaban su simpatía y el aprecio en general; otros decían que por haber celebrado la Misa después del día 18 de julio… Lo cierto es que fue asesinado únicamente por ser sacerdote y por odio a la fe, por lo que siempre gozó de fama de martirio.

Según otra declaración, se conserva una carta en la que pedía a sus familiares que perdonaran y que no tuvieran rencor hacia sus asesinos, que él estaría en el Cielo, que habría escrito en el camino al martirio.

Fue enterrado en el cementerio de Garaballa y posteriormente trasladado a la Iglesia de Honrubia. Tenía 29 años cuando fue asesinado y tiene fama de mártir.

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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.