Herráinz y Rodríguez Monge, Luis

Párroco de Tribaldos

Nació en Tribaldos, Cuenca, el día 8 de octubre de 1872. Sus padres se llamaban Francisco y Casimira.

Estudió en el Seminario Conciliar de San Julián de Cuenca, y fue ordenado presbítero el 21 de septiembre del año 1895, por el Obispo de la Diócesis de Cuenca, Monseñor Pelayo González Conde, en la Catedral de Cuenca.

En el año 1897 fue nombrado párroco de Huerta de la Obispalía. Después de unos años, iniciado en 1902, fue nombrado párroco de Saelices y en 1912, párroco de Tribados. Con la edad quedó prácticamente sordo, lo que le dificultaba el ejercicio del ministerio, en los últimos años, contó con la ayuda de un cura regente en su parroquia. Se caracterizaba por ser un sacerdote ejemplar dada su caridad práctica y así mismo por una fervorosa piedad que alimentada con la oración y los ejercicios espirituales tan necesarios para la vida del alma. Se distinguía porque gozaba de una merecida fama de santidad ante los superiores y ante los que tuvieron la dicha de tratarlo. Era amante de las vocaciones sacerdotales, y sostenía una beca en el Seminario Conciliar de San Julián en Cuenca.

Iniciada la persecución religiosa en España, el Siervo de Dios se encontraba, en Tribaldos, donde era párroco, plenamente consciente del peligro que podía correr, pero no se quiso marchar. La persecución arreció y, el día 4 de septiembre de 1936, las juventudes marxistas y el Comité, fuertemente armados, procedieron a su detención después de haber sitiado el pueblo. Detenido, en su traslado a la Iglesia, donde estuvo encerrado, lo maltrataron de palabra y obra. Estuvo junto con su primo Luis Morillas, quien también fue asesinado. Allí permanecieron hasta últimas horas de la tarde, en que fueron conducidos en un coche al lugar del martirio, donde fueron asesinados el día 4 de septiembre de 1936 en las Emes de Belinchón. Antes de morir perdonó a sus verdugos.

El motivo único de su detención y muerte fue su carácter sacerdotal y el odio a la fe católica. El pueblo de Tribaldos y todos los que conocieron su muerte lo han considerado y lo consideran un mártir. Tenía 63 años de edad, sus restos fueron enterrados en el cementerio municipal de Tribaldos.

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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.