García Mena, Rufino
Párroco de Barchín del Hoyo
El Siervo de Dios realizó los estudios eclesiásticos en el Seminario conciliar de San Julián en Cuenca, desde año 1926. Fue ordenado presbítero el 28 de febrero de 1931, por el Obispo de la Diócesis de Cuenca, Monseñor Cruz Laplana y Laguna, en la Catedral de Cuenca.
Sus familiares, viendo los tiempos difíciles que se avecinaban, le advirtieron de que correría peligro y le instaban a no ordenarse y no vestir con sotana. Pero su vocación era más grande que el miedo ante el peligro. Fue destinado a Barchín del Hoyo como ecónomo, siendo también encargado de las parroquias de Valverdejo y Piqueras del Castillo. La gente recuerda su celo por la catequesis y los niños y su caridad hacia los enfermos y necesitados de esta feligresía.
Cuando se inició la persecución religiosa, se ocasionó un ambiente hostil en Barchín del Hoyo. Pensando estar más seguro, se marchó a su pueblo natal, La Almarcha, pero allí, por ser sacerdote fue perseguido y tuvo que huir por la parte trasera de su casa familiar durante un registro de los milicianos. Primero llegó a Honrubia y pasó después a Barchín del Hoyo, en cuyo término municipal estuvo escondido en el pinar de Navodres, junto con su hermano y su padre. Los vecinos de este pueblo, del que era ecónomo, les llevaban todo cuanto necesitaron, sin carecer de nada en absoluto, desde alimentos hasta ropa y medicinas inclusive. Tras nueve meses ocultos de este modo, intentaron pasarse a la zona de los nacionales por Teruel. Pero al descubrirse que había un sacerdote escondido en el Pinar tuvieron que huir, consiguiendo escapar solamente su padre. Rufino murió fusilado junto con su hermano Julio, el día 28 de abril de 1937 a eso de las ocho de la mañana en el término de Guadalaviar (Teruel)
Lo enterraron en el cementerio de Guadalaviar. Posteriormente fue trasladado al cementerio de Cuenca. Tenía 30 años de edad cuando fue asesinado. Tras su muerte, el Siervo de Dios fue considerado un mártir por ser víctima del odio a la fe.




