García Martínez, Hilario
Ecónomo de Chumillas
Ejerció el ministerio como ecónomo de Chulilla (Valencia), desde finales de 1896 hasta que, no pudiendo ejercer su ministerio por estar cecuciente, fue a vivir con sus familiares en Barajas de Melo, su pueblo natal, en torno a 1932. En el difundido Martirologio de la Diócesis de Cuenca se afirma por error que fue párroco de Chumillas.
Cuando se inició la persecución religiosa, consciente de que su vida corría peligro, hizo testamento dejando sus bienes a la parroquia de Chulilla, al Seminario de Cuenca y sus sobrinos. Tras recibir amenazas, dejó su domicilio y se escondió en una cueva en el campo, en compañía del párroco de Rozalén del Monte, D. Matías Fernández Ayllón, también natural de Barajas de Melo y refugiado en ese mismo pueblo. Allí cada noche, sus familiares les llevaban alimento y ropa limpia, pero los milicianos los encontraron. Y a pesar de su edad y salud quebrantada no tuvieron compasión, lo maltrataron y atormentaron cruelmente. Ambos sacerdotes fueron asesinados el día 22 de agosto de 1936, dejando insepultos los cadáveres hasta que fueron descubiertos y enterrados en el campo por sus piadosos familiares tres días después.
Murió a los 63 años y desde entonces ha tenido fama de mártir.




