García-Cuenca Parra, Eusebio

Carpintero y herrero

Nació en Zarza de Tajo, Cuenca, el día 30 de marzo de 1913. De profesión era carpintero. Su madre Raimunda Parra Belinchón, también Sierva de Dios, lo educó según los principios cristianos y buenas costumbres. Asistía a la Santa Misa casi a diario recibiendo la Comunión con gran fervor. Con esta sólida vida religiosa, pertenecía además a las Hermandades de San Antonio de Padua y del Santísimo. Era muy valiente, trabajador y decidido. Se distinguió por su formalidad, honradez y piedad. Con diecisiete años, y con mucho cariño, talló un altar y un retablo de madera para la Virgen Milagrosa.

Unos meses antes de que ya fuera incuestionable la persecución religiosa vino una manifestación del pueblo vecino, Santa Cruz de la Zarza, para quemar la iglesia. El Siervo de Dios agrupó a unos cuantos como él y no lo permitió. Se fueron los manifestantes, pero desde entonces lo señalaron.

Poco después cuando comenzó a arreciar la persecución religiosa, el día 10 de agosto, llegaron al pueblo milicianos, lo que sorprendió a todos de improviso, porque estaban en la era trabajando, entonces Eusebio salió al campo huyendo, encontrándose con otros tres primos suyos José, Saúl y Cruz Belinchón González de Mendoza, pues sabían que les buscaban para matarlos desde que no consintieron que quemaran la iglesia. Se dirigieron a Guadalajara, pero antes de llegar allí, los milicianos los detuvieron. Eusebio llevaba un ‘“Detente” del Sagrado Corazón en el bolsillo y creyeron que era fraile.

Al ser detenidos fueron llevados a la cárcel de Guadalajara, donde los tuvieron ocho días, hasta el 24 de agosto, cuando los llevaron a la carretera de La Almudena, en Madrid, donde los fusilaron; así entregó su vida por Dios. Están enterrados los cuatro en la Cruz de los Caídos del cementerio de Vicálvaro. Murió asesinado el día 24 de agosto de 1936 por ser católico y por defender la religión católica. Juntamente con su madre Raimunda y su hermano Sabino tienen fama de mártires.

Lo enterraron en el cementerio de Vicálvaro. Tenía 23 años de edad cuando fue asesinado. Juntamente con su madre Raimunda y su hermano Sabino tiene fama de mártir.

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Oración

Oh Dios, que concediste
la gracia del martirio
a los Siervos de Dios
Eustaquio Nieto y Martín, obispo,
y a los demás sacerdotes, religiosos y laicos
de nuestras diócesis,
haz que sus nombres aparezcan
en la gloria de los santos,
para que iluminen con su ejemplo
la vida y entrega de todos los cristianos.
Concédenos imitarlos
en su fortaleza ante el sufrimiento
y la gracia que por su intercesión te pedimos.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.