García-Cuenca Parra, Eusebio
Carpintero y herrero
Unos meses antes de que ya fuera incuestionable la persecución religiosa vino una manifestación del pueblo vecino, Santa Cruz de la Zarza, para quemar la iglesia. El Siervo de Dios agrupó a unos cuantos como él y no lo permitió. Se fueron los manifestantes, pero desde entonces lo señalaron.
Poco después cuando comenzó a arreciar la persecución religiosa, el día 10 de agosto, llegaron al pueblo milicianos, lo que sorprendió a todos de improviso, porque estaban en la era trabajando, entonces Eusebio salió al campo huyendo, encontrándose con otros tres primos suyos José, Saúl y Cruz Belinchón González de Mendoza, pues sabían que les buscaban para matarlos desde que no consintieron que quemaran la iglesia. Se dirigieron a Guadalajara, pero antes de llegar allí, los milicianos los detuvieron. Eusebio llevaba un ‘“Detente” del Sagrado Corazón en el bolsillo y creyeron que era fraile.
Al ser detenidos fueron llevados a la cárcel de Guadalajara, donde los tuvieron ocho días, hasta el 24 de agosto, cuando los llevaron a la carretera de La Almudena, en Madrid, donde los fusilaron; así entregó su vida por Dios. Están enterrados los cuatro en la Cruz de los Caídos del cementerio de Vicálvaro. Murió asesinado el día 24 de agosto de 1936 por ser católico y por defender la religión católica. Juntamente con su madre Raimunda y su hermano Sabino tienen fama de mártires.
Lo enterraron en el cementerio de Vicálvaro. Tenía 23 años de edad cuando fue asesinado. Juntamente con su madre Raimunda y su hermano Sabino tiene fama de mártir.




