Jiménez, Fr. José

  

FR. JOSÉ JIMÉNEZ

Comunidad de Pastrana (Guadalajara)

Fr. José Jiménez García-de-la-Serna nació en La Puebla de Montalbán (Toledo) el 18 de septiembre de 1915. Sus padres fueron Pedro y María. Antes de cumplir José los cinco años, la familia se trasladó a Gálvez (Toledo). Desde niño le gustaba leer libros religiosos, rezar en su habitación y frecuentar la iglesia. Al manifestar su deseo de hacerse franciscano, recibió burlas de sus compañeros y la oposición de su padre, pues la familia pasaba una situación económica apurada, pero nadie pudo torcer su vocación. Ingresó en el seminario menor de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) en 1929. Allí cursó dos años de humanidades. El tercero lo estudió en 1931-32 , parte en La Puebla de Montalbán, parte en Pastrana (Guadalajara).

Vistió el hábito franciscano el 11 de agosto de 1932 en Arenas de San Pedro (Ávila), en donde hizo su profesión temporal el 12 de agosto de 1933. Volvió a Pastrana y estudió el cuarto de humanidades y los dos primeros cursos de filosofía hasta julio de 1936. Se esforzó en el estudio. Era piadoso, alegre, voluntarioso, emotivo y un tanto apasionado con alternativas en su emotividad y en sus relaciones con los condiscípulos.

Al abandonar los franciscanos el convento de Pastrana el 22 de julio de 1936, Fr. José fue acogido por una familia del pueblo. Tenía una rodilla inflamada y la familia le procuró las atenciones médicas necesarias. Después tuvo que esconderse por los campos como otros hermanos de su comunidad. El 6 de septiembre fue sorprendido, junto con otro franciscano, por unos milicianos que los buscaban por los campos, conducido al pueblo y encarcelado. En la cárcel recibió insultos y malos tratos de los milicianos. Después de dos meses pudo salir de la cárcel y hospedarse en casa de una familia.

Cuando los registros de las casas se hicieron más frecuente y minuciosos, pudo obtener un salvoconducto y fue su padre a recogerle. Con él marchó hasta Aranjuez el 31 de marzo de 1937. Desde allí marchó el 5 de abril a Madrid, en donde tenía que incorporarse al ejército republicano. En los tres meses que estuvo en el ejército, escribió varias cartas a su familia. En ellas se muestra firme en su vocación. Además, mandaba a sus padres casi todo el dinero que le pagaban como soldado para aliviarles en sus necesidades.

El 5 de julio de 1937, por la tarde, fue a visitar a unos familiares en el mismo Madrid. Varios milicianos, entre ellos uno de su mismo pueblo natal, vigilaban junto a la casa, pues sabían que José acudía con frecuencia a ella. En cuanto llegó, le bajaron por la calle Ríos Rosas hasta la Castellana y allí le mataron de varios tiros en la cara. Al día siguiente, fue enterrado en el cementerio de La Almudena, de Madrid.