Durana, P. Máximo

  

P. MÁXIMO DURANA

Comunidad de Almagro (Ciudad Real)

El P. Máximo Durana Rodríguez nació en Torre, en el Condado de Treviño (Burgos) el 13 de agosto de 1892. Sus padres fueron Román y Feliciana. Era el primero en la escuela, de buena conducta y asiduo en los actos religiosos. De 1904 a 1908 estudió humanidades en los carmelitas de Villafranca (Navarra). Vistió el hábito franciscano el 30 de diciembre de 1908 en Pastrana (Guadalajara), en donde emitió su profesión temporal el 31 de diciembre de 1909. Cursó los estudios de filosofía y teología en el convento de La Puebla de Montalbán (Toledo), excepto el último año y medio, que lo hizo en Consuegra (Toledo). Hizo su profesión solemne en Pastrana el 4 de mayo de 1913. En 1916 fue destinado a Filipinas, en donde fue ordenado sacerdote el de noviembre de ese año. Ejerció su apostolado sacerdotal en varias parroquias de la isla de Samar: Catbalogan, San Julián, Sulat y Borongan. En 1933 volvió a España y pasó ese año en el convento de Mayorga de Campos (Valladolid). En 1934 residió en el de Segovia. En 1935 fue destinado al de Almagro (Ciudad Real), en donde ejerció el apostolado sacerdotal con entusiasmo. Era el director de la Juventud Antoniana y el administrador de la comunidad. Poseía buenas dotes para la predicación y la comunicación.

El 24 de julio de 1936 el P. Máximo Durana y los demás franciscanos del convento de Almagro fueron expulsados del convento por orden de las autoridades municipales. El P. Durana fue hospedado por una familia del pueblo. En la tarde del día siguiente, los franciscanos y dominicos del pueblo fueron llevados a una casa deshabitada, que hizo de prisión. En ella los religiosos rezaban en común y los sacerdotes celebraban la eucaristía hasta que los que los custodiaban se lo prohibieron.

El 28 de julio el P. Durana fue autorizado a salir de la casa-prisión y marchó al pueblo cercano de Moral de Calatrava, en donde se hospedó en casa de un sobrino de un franciscano. El 14 de agosto fue encarcelado en el Ayuntamiento de esa localidad. Estaba sereno, rezaba bastante y decía a los compañeros de prisión refiriéndose a los carceleros: “Aunque os hagan lo que quieran, no os defendáis, perdonadlos, no saben lo que hacen”.

El 30 de agosto fue trasladado a la ermita de Ntra. Sra. de la Sierra, junto con el P. Manuel Trujillo (su vida se narra en la página 104 porque pertenecía a la Comunidad de San Antonio de Madrid), franciscano y preso también en el Ayuntamiento. Excepto un poco tiempo en que conversaron con los presos, dedicaron el tiempo a rezar. Pasadas las 12 de la noche, los guardias despertaron a los presos, y uno dijo en voz alta: “¡Que salgan los frailes!”. Sacaron también a tres seglares. Llevaron a los cinco presos en dos coches hasta el término de Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real). Allí, cerca de la población el P. Máximo Durana, el P. Trujillo y los tres seglares fueron fusilados hacia las 2 de la madrugada del 31 de agosto de 1936. Los franciscanos perdonaron a sus verdugos. Ese mismo día, los cinco fueron enterrados en el cementerio de la localidad. Los restos del P. Trujillo y el P. Durana fueron trasladados al convento franciscano de Almagro después de la guerra civil. Y, tras sucesivos traslados, reposan en la iglesia de San Juan de los Reyes en Toledo.