Santos Montes, Laureano Antonio

  

LAUREANO ANTONIO SANTOS MONTES

Militante de Acción Católica y Adorador Nocturno de Alcázar de San Juan
Laureano Antonio Santos Montes nació en Alcázar de San Juan el día 4 de julio de 1906. Fue bautizado en la Parroquia de Santa María de Alcázar de San Juan el día 9 de julio del año 1906 por D. Ángel Balmaceda Cobos. Era el sexto hijo del matrimonio formado por Antonio Santos Martínez- Palomar y Rosario Montes Cañadas. Hermanos de Laureano fueron María del Carmen que nació el 30 de diciembre de 1895 y murió el 6 de noviembre de 1902; Eugenio (12.1.1897); Dolores (31.5.1898); Juan Manuel (24.6.1900); Feliciano–Antonio (9.7.1905); Lorenza Nicasia (10.8.1909. Entre Feliciano Antonio y Lorenza Nicasia estaba Laureano Antonio, el sexto de los hermanos. Por esta relación de nombres vemos que, en la vida de adulto solo eran cuatro hermanos, y él era el menor. También observamos que lo relativo al nombre ya que en el registro civil sólo aparece como Laureano y sin embargo fue siempre conocido por Antonio, familiarmente por Antoñito ya que se llamaba igual que su padre.

El ambiente familiar era el de una familia de comerciantes por parte del padre y de agricultores por parte de la madre. Trabajo, honradez y buenos principios morales. Sus hermanos se formaron en el Colegio de los Padres Franciscanos, pero de él no consta su asistencia al mencionado colegio. En cuanto a su piedad y vida religiosa sí hay constancia de ella desde muy joven. ¿Cómo se formó? Lo ignoramos. Pero tanto él como su hermana Lola se movieron siempre en círculos cristianos (Juventud Antoniana, jueves Eucarísticos, etc). Ya mayor se distinguió por su religiosidad y apostolado como Militante de Acción Católica y sobre todo la Adoración Nocturna. Formado por D. Antonio Martínez Jiménez, Párroco de Santa Quiteria de Alcázar de San Juan, colaboró muy estrechamente en las diversas tareas apostólicas de la Parroquia..

Su formación intelectual era la de estudios primarios algo ampliados, como francés, etc. No tenía estudios superiores. Pero sí inquietudes intelectuales y prueba de ello es su "biblioteca" en la que además de numerosos libros religiosos tales como Biblia, Misal, reglamentos de Acción Católica, Encíclicas, libros de Pax, etc., tenía una colección de obras de clásicos, Cervantes, poesía española (todos los libros forrados cuidadosamente), novelas del Apostolado de la prensa, etc. Algún libro en francés, etc.

El ambiente en que vivía en tiempos inmediatos a su muerte era la dedicación por entero a su trabajo en el comercio y a sus compromisos cristianos como militante de Acción Católica y Adorador Nocturno. No se distinguió por ideas políticas de ninguna clase. Con motivo del año santo 1933 fue en peregrinación a Roma con la Adoración Nocturna. En la documentación gráfica Antonio se encuentra entre un numeroso grupo de jóvenes de Acción Católica y D. Antonio Martínez Jiménez, Consiliario de A. C.

Respecto a su prisión sólo nos consta que fueron a buscarlo el día 17 de septiembre de 1936 a las cuatro y media de la mañana, cuatro milicianos y el día 19, sus padres y hermanos no sabían nada de él. Todas las informaciones que se tienen hacen alusión a que le saltaron los ojos antes de su muerte a la edad de treinta años y pronunciando las mismas palabras de Jesús: “¡Padre perdónalos que no saben lo que se hacen!". El 14 de septiembre de 1939, sus hermanos no pudieron identificar el cadáver. Sólo encontraron un trozo de tela del pantalón y un pañuelo. Finalizada la guerra civil sus restos fueron inhumados en el Valle de los Caídos el 24 de marzo del año 1959 (Nº de Registro: 2.749// Columbario: 667 (Cripta, piso 1º; documentación consultada por el P. Carlos Mata OSB y facilitada por Fr. Santiago Cantera OSB).

Antoñito, como familiarmente era llamado por todos, desde el día de su muerte ha sido considerado como mártir por la Acción Católica y Adoración Nocturna del Santísimo Sacramento. Los jóvenes de Acción Católica de Santa Quiteria, por los años 1950, editaban un Boletín en el que se escribieron artículos muy emotivos sobre él. Confiemos en poder contar pronto con el reconocimiento por la Iglesia del martirio de Antonio, militante de Acción Católica y Adorador Nocturno, que supo acoger el don del martirio, correspondiendo generosamente a la gracia divina, y los jóvenes tengan en Antonio un intercesor y ejemplo de santidad a la que todos estamos llamados por nuestro bautismo.