Mellado Noblejas, Julian

  

JULIAN MELLADO NOBLEJAS

Joven de Acción Católica de Manzanares
ulián Mellado Noblejas nació en Manzanares (Ciudad Real), el día 22 de octubre del año 1917, y recibió el Bautismo el día 4 de noviembre del mismo año en la Parroquia de La Asunción por D. Tomás Mellado y Pérez Valiente, tío carnal y por quien se le puso el nombre de Tomás, además de Julián Alfonso. Fueron sus padres Francisco Mellado y Nieves Noblejas.

No podía ser mas propicio y envidiable para una vida piadosa, los dos ambientes en los que vivía y se desenvolvía el joven Julián de 19 años, en los meses anteriores de sufrir su martirio: De una parte vivía en su casa junto a su padre D. Francisco Mellado y Pérez Valiente igualmente mártir que su hijo Julián el mismo día y a la misma hora que éste, persona muy piadosa y dador constante de consejos cristianos. También junto a su tío-hermano de su padre -el sacerdote D. Tomás Mellado y Pérez- Valiente igualmente mártir que su sobrino Julián y su hermano D. Francisco el mismo día y a la misma hora que éstos; era Capellán de las Hijas de la Caridad de Manzanares. Asimismo, vivía junto a sus dos hermanas María Dolores y María del Carmen de 20 y 13 años de edad respectivamente las cuales, profesaron la orden de las Hijas de la Caridad en ellos años 1.939 y 1.945 respectivamente. Sor María Dolores Mellado murió a los 62 años, el 26 de enero de 1.980 con 40 años de Profesión. Faltaba de este hogar la madre de Julián, Dª. M. Nieves Noblejas de Francisco, la cual murió e1 20 de abril de 1925, teniendo entonces Julián 7 años, haciendo éste la Primera Comunión de luto, y por otra parte y dada la formación que Julián tenía a sus 19 años -bachillerato, maestro nacional y estudiante de derecho- y sobre todo la idiosincrasia del mismo, en su vida pública fue socio cofundador de Juventud Católica de Manzanares siendo uno de los mas activos propagandistas de la Doctrina de Cristo; en el año 1935 desempeñó el cargo de tesorero de Juventud Católica y en 1936 el de vocal de piedad".

De costumbres modestas, se limitaba en todo momento a sus estudios y al constante cumplimiento de sus deberes de buen cristiano aprovechando todos los momentos para propagar la Fe y las buenas costumbres siendo de carácter afable y simpático, siempre estaba en disposición de prestar su ayuda o consejo a todas las personas que lo necesitaban sin tener jamás presente la condición de la persona que ayudaba, ya que para Julián toda persona era acreedora a saber cuanto él sabía.

Con todo el anterior bagaje en su interior y con su actividad externa, Julián era totalmente consciente del peligro que corría. Precisamente la tarde del 13 de julio de 1.936, a las 19,30 horas y a su salida habitual de un círculo de estudios en Juventud Católica, se acercó a él un grupo de «milicianos» pidiéndole que se identificase a lo que el joven Julián respondió: "¡Soy católico, me llamo Julián Mellado y esta es mi documentación!", mostrando al mismo tiempo un Crucifijo; siendo entonces detenido en plena calle y conducido a los calabozos del Excmo. Ayuntamiento de Manzanares, junto a su amigo y también mártir D. José Díaz López de la Manzanara. Presidente de Juventud Católica. En dichos calabozos fueron objeto de malos tratos y permaneció en los mismos hasta el día siguiente, 14 de julio, en que fue conducido e ingresado junto a otros próximos mártires, en la Cárcel de Manzanares.

Al día siguiente, 15 de julio, fueron a visitarle a la cárcel su padre D. Francisco, su tío sacerdote D. Tomás y sus dos hermanas María Dolores y María del Carmen testigo de esta descripción. El alcalde de la cárcel -hombre ecuánime-, les dejó solos en su despacho a toda la familia Mellado y también a su amigo D. José Díaz antes citado. Entonces, su hermana María Dolores le preguntó a Julián: "¿Te han pegado?", a lo que él contestó: "¡No, no me han pegado!", sin embargo su amigo D. José Díaz apostilló: "¡¡Sí, nos han pegado una paliza grande!!Julián sonrió en ese momento. Sin duda alguna la prisión del joven Julián fue motivada por su público y profundo grado de religiosidad, por ser un Católico de primera fila, por seguir a Cristo como él le decía a su familia repetidas veces. La testigo de esta descripción, su hermana María del Carmen, lo recuerda innumerables veces en la galería del patio interior de su casa, cantando el estribillo del himno de Juventud Católica: ¡Ser Apóstol o Mártir acaso, mis banderas me enseñan a ser! El joven Julián estuvo preso en la Cárcel de Manzanares 26 días, del 14 de julio a18 de agosto de 1936, fecha ésta en que recibió el Martirio junto a su padre, Francisco, y su tío sacerdote, Tomás1. En la misma, recibió malos tratos tanto de obra como de palabra pues en la cárcel se le expía, se le presiona y se le somete a interrogatorios para que delatara a compañeros, a lo que Julián siempre contestaba: "Yo no delato a nadie", sufriendo mucho por estas presiones y consumando de esta forma su Calvario.

Recuerda perfectamente la testigo de esta descripción de un día, comiendo en su casa toda la familia Mellado menos Julián, cómo su tío D. Tomás el sacerdote le decía a su hermano D. Francisco padre de Julián: "Cuando Julián termine la carrera de Derecho, marchará de Religioso", a lo que el padre de Julián contestó: "Lo sentiré, pero si Dios le llama lo dejaré gustoso". Ya se intuía pues en su hogar, su vocación total por Cristo. Obviamente, con todo lo descrito hasta ahora, era impensable que el joven Julián desease siquiera salirse, escaparse o conseguir la libertad abdicando de su fe. Piénsese igualmente que, entre sus 37 compañeros de cárcel, estaban su padre y su tío sacerdote, que, al igual que él y los demás presos, sufrieron todos Martirio, como mas adelante se describirá.

Estaban recluidos en la cárcel junto al joven Julián, otros 37 compañeros más - uno de ellos era su padre D. Francisco, ingresado en la misma el día 3 de agosto -, formando parte de dicho grupo del orden de 7 sacerdotes siendo uno de ellos su tío D. Tomas, ingresado igualmente el mismo día 3 de agosto junto con su hermano D. Francisco. Fue ejemplar el comportamiento de Julián entre todos sus compañeros en la cárcel. Según nos contó el ya fallecido Antonio López de los Mozos Clemente natural de Manzanares y el mismo alcaide de la cárcel, todos los días por la tarde, Julián rezaba el rosario en voz alta a sus 37 compañeros de prisión incluidos los sacerdotes. Animaba a todos ellos a no retroceder y renegar de la Fe. Verdaderamente Julián, fue un vivo ejemplo de piedad y profunda formación religiosa por lo que todo el pueblo piadoso de Manzanares sigue atestiguando de él con el dicho: " era un santo". «¡No sabéis el gran favor que me hacéis, dar la vida por Dios! », fue lo que el joven Julián contestó a sus verdugos cuando estos le comunicaron en la noche del 7 de agosto de 1936 y en la cárcel de Manzanares, su inmediata ejecución al día siguiente 8 de agosto. Entonces y según testimonio posterior de sus mismos ejecutores, en esa noche del 7 de agosto, todos los detenidos en dicha cárcel se confesaron con los sacerdotes 1 El tío, D. Tomás Mellado (sacerdote), y el padre ingresaron en la cárcel el 3 de agosto y fueron asesinados el 8 de agosto. compañeros de martirio y éstos, se confesaron entre ellos; tanto Julián como su padre D. Francisco, se confesaron con su tío D. Tomás.

Al día siguiente 8 de agosto y a las 13,30 h. del mediodía se les ordenó a todos los recluidos -en medio de «milicianos» armados -, que saliesen a la calle delante de la cárcel, formando una fila con la vista al frente. Entonces y conforme iban saliendo por la puerta de la prisión, los iban abatiendo a tiros. Al joven Julián le dieron en la piernas y calló malherido, teniendo fuerzas y valor sobrante para gritarles a los del pelotón de ejecución: ¡¡Matadme, quiero correr la misma suerte de mi padre!! Entonces, al caer mortalmente herido Julián, aún tuvo fuerzas para decir: "¡Viva Cristo Rey!". Así lo atestiguaron sus mismos ejecutores incluso éstos, lo vieron caer con su Crucifijo en la mano. Entonces y ahora todo el pueblo piadoso de Manzanares, lo consideró y considera «un mártir».

Las motivaciones que el perseguidor tenía para realizar su brutal atropello a Julián fue por que el mismo era, Católico, Apostólico y Romano. Desde el mismo día de sufrir martirio el joven Julián, fue considerado entre sus paisanos piadosos un mártir. Dicha fama de su martirio ha permanecido y permanece viva especialmente en el pueblo de Manzanares -incluso, entre sus ausentes -, desde entonces. Ya dijimos en los finales de los extremos que el pueblo piadoso de Manzanares de entonces y de ahora decía de Julián una vez que este sufrió el martirio: " ¡era un santo! ", "¡era un mártir!". Indudablemente, la fama del martirio de mi hermano Julián fue y es debida a que dada su bondad basada en su profundísimo amor a Cristo y demostrada de forma continua a través de su comportamiento privado y público, en absoluto merecía tal pago. Lo recuerdo, lo vivo y lo sé perfectísimamente y lo estoy escribiendo en la presencia de Dios con verdad (Testimonio escrito por Sor María del Carmen Mellado Noblejas, Hija de San Vicente de Paúl, tía de Julián Mellado Noblejas).