Santos Jimeno, Faustino

  

FAUSTINO SANTOS JIMENO

oadjutor de Santa María la Mayor de Alcázar de San Juan
Faustino Santos Jimeno, nace en Almedina (Ciudad Real) el 21 de febrero del año 1906 en el seno de una familia humilde, numerosa y muy cristiana. El mayor de diez hermanos de los que sobrevivieron cinco (tres chicas y dos chicos). Hijo de José Santos Serrano, jornalero de profesión y Servanda Jimeno Estacio, naturales y vecinos de Almedina (Ciudad Real). Bautizado en la Parroquia de Santa María de Almedina (Ciudad Real) el día 25 de febrero por D. Orencio Carriazo Casanova), se le impuso el nombre de Maximiano Faustino. Frecuenta la Parroquia como monaguillo y pronto el Párroco D. Orencio descubre sus cualidades humanas, facilidad en el estudio y amor al trabajo ayudando a su familia a salir adelante; y, al cumplir los catorce años se plantea, ayudado por su párroco, la posible vocación al sacerdocio. En verso transmite Faustino las dificultades y barreras que hubo de superar para obtener el permiso de su buen padre y dejar su hogar pobre y necesitado de los ingresos económicos que Faustino a la edad de catorce años pudiera aportar para sacar adelante la familia:

Mis recuerdos

Arrullado por palomas / Y besado por las brisas

Yo enviaba mis suspiros / Mis tonadas y mis risas.

A la edad placentera de mi vida / Contemplando sus delicias

Recordaba con ternura / Cuando ablando con mi madre

Deseaba yo ser cura, / Y mi madre me besaba

Me abrazaba veces mil / Y enterándose mi padre

Con carácter muy severo / Deplorando su fortuna

Y carencia de dinero / Y se oponía por esto

A mi vocación sacerdotal.

Y mis ojos arrasados / Por las lágrimas sinceras

Le rogaba intensamente / Le pedía muy de veras

Me llevase al Seminario. / Por mi grande amor filial

Y con lengua de querube / Le pintaba yo inocente

Con palabra entrecortada / Y con boca balbuciente

Bellas cosas, cosas que mi lengua / No podría decir ahora;

Y mi padre se serena / Se sonríe placentero

El me mira y abrazándole /Amoroso yo primero

Me suspende de sus brazos / En dulcísimo sentir.

Y recuerdo con ternura / Entre lágrimas y lloros

Las palabras de consuelo / Cual sonidos muy sonoros

Resonaron en mi oído / Rebosando intenso amor:

Llevarete al Seminario / Emocionado me decía

En el día que tú quieras / Dulce amor, sí, vida mía.

Sus palabras esperando / De sus labios al calor

Me fortaleció su nueva / Muchas gracias di a Dios.

(26.10.20) Por fin, ingresa en el seminario el año 1920 y destaca por su aplicación desde el primer curso de Latín y Humanidades (1920 -1921) y fue distinguido con el "Accésit" en Gramática Latina (5 de junio 1921); en el curso académico 1927- 1928 estudia el primer año de Teología y, se traslada a Granada para hacer los cursos universitarios, acogido por el canónigo don Juan Arias, natural también de Almedina (Ciudad Real). El 28 de enero del año 1928 desde el Seminario envía a sus padres una fotografía con los 36 compañeros del primer curso de Teología con unos versos que expresan el cariño y agradecimiento a sus padres que a pesar de los escasos recursos económicos se sacrifican para sacar adelante al futuro sacerdote:

Aunque estoy lejos de Vds. / No por eso les olvido.

Que les diga mi retrato / Las cosas que yo le he dicho.

Soy paloma mensajera. / Hoy aquí, mañana allí.

¡Cuándo llegará aquel día!

Que yo les pueda decir: / ¡Juntitos toda la vida!.

Su hijo: Faustino.

En mayo de 1931 es asaltado el Seminario de Granada y Faustino tiene que huir junto con sus compañeros; regresa a Ciudad Real, finaliza los estudios eclesiásticos, recibe el Subdiaconado el 5 de junio de 1932 y, finalmente, es ordenado de presbítero en Ciudad Real, el 19 de junio del año 1932. Ejerció el ministerio sacerdotal como Coadjutor de la Parroquia de Santa María en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), - primero y último destino-, y, a la vez impartía enseñanza privada, como medio para ayudarse y ayudar a su humilde familia. La República había suspendido las ayudas a la Iglesia y al clero.

Entre los causantes de la muerte estaba precisamente un alumno, al que Faustino en repetidas ocasiones ayudó económicamente y acogió en su casa, etc. Faustino fue arrojado vivo a una mina, entre Herencia y Puerto Lápice el 30 de agosto de 1936. A penas había alcanzado los treinta años de edad y tres de ministerio sacerdotal. La muerte de Faustino fue muy sentida y llorada por cuantos le habían conocido y tratado como sacerdote y profesor. Asesinado Faustino, la familia permaneció en Alcázar de San Juan hasta que fallecen los padres. Ramona, la mayor de las hermanas y Juliana que trabajaba como empleada de Telefónica en Alcázar de San Juan se trasladan a Ciudad Real donde han vivido hasta la muerte de Ramona. La única razón de su muerte fue su condición sacerdotal y perdura la fama de martirio. Son numerosas las personas que desde su muerte se han encomendado a Faustino como intercesor para obtener gracias y favores de Dios. Juliana reside en la actualidad en Barcelona