Prieto Serrano, Alejandro


ALEJANDRO PRIETO SERRANO

Sacerdote, Maestro del “Ave María” en Puertollano
Alejandro Prieto Serrano nace día 13 de agosto de 1889 en la villa de Villarramiel provincia y obispado de Palencia. Hijo de Matías Prieto Pérez, de profesión fabricante de curtidos, y de María Manuela Serrano López, naturales y vecinos de esta villa. Nacido en un ambiente cristiano recibió el Bautismo el día 15 de agosto del mismo año en la Parroquia de San Miguel. Fue ordenado de Presbítero, en los días 18 y 19 de diciembre del año 1914, a título de su Capellanía y dispensados los instersticios, por D. Ramón Barberá y Boada, Obispo de Palencia.

Fue don Alejandro un palentino que el año 1927 llega a Puertollano (Ciudad Real) como Maestro “manjoniano”, a fin de vigorizar las Escuelas del Ave María. Simpático, sencillo, sonriente y bonachón, era venerado por los chicos de sus escuelas y por las familias de éstos, así como por los compañeros sacerdotes de la ciudad. Las Escuelas del Ave María prosperaron hasta formar seis grupos de trescientos alumnos. Esta fue su obra, en un pueblo de población minera y tendencia laicista. Se cuenta de su caridad que, con frecuencia, se quedaba sin camisa por dársela a los pobres. Y lo mismo sucedía con su comida. ¡Cuántas veces hubo de recibirla él de personas que lo socorrían al verle tan desprendido! Todo su ajuar fue un Crucifijo, un camastro desvencijado y dos sillas viejas. Y todo su haber, unas cabras cuya leche le servía para los niños de sus Escuelas

El 26 de julio de 1936 es apresado y conducido a la cárcel de Almodóvar del Campo, pudiendo ver ya en su camino el cadáver de D. Jaime Cabañero y Cabañero, Coadjutor de Puertollano, asesinado este mismo día, tirado a la salida de Puertollano. Don Alejandro coincide en la cárcel con D. Enrique García de Mateos y Aparicio, Cura Párroco de Puertollano. Y ambos son fusilados el mismo día cinco de Agosto del 1936 en el sitio denominado "Fabrica de Orujo del Capitán don Miguel de la Vega", en Almodóvar del Campo.

Los cuerpos fueron enterrados con otros de Puertollano en el Cementerio de Almodóvar del Campo y, una vez terminada la guerra, fueron todos trasladados al cementerio de Puertollano, y hoy están todos ellos, en un mausoleo común para todos los fusilados en la guerra civil del 1936, excepto D. Jaime Cabañero y Cabañero enterrado en tumba familiar en el cementerio de Puertollano.

La motivación de la muerte fue su condición de sacerdote. Hombre sencillo, trabajador con la juventud, cuya fama de santidad y martirio fue reconocida desde el primer momento y aún hoy perdura entre un buen grupo de sus alumnos, cristianos fervorosos y, algunos siguieron su ejemplo, como maestros de profesión.