Núñez Polo y Romero, Candelas


CANDELAS NÚÑEZ POLO Y ROMERO

Capellán de la Virgen de la Sierra en Villarrubia de los Ojos
Candelas Nuñez Polo y Romero nació en Urda (Toledo) el 2 de febrero de 1869 y recibió el Sacramento del Bautismo al día siguiente de su nacimiento en la Parroquia de San Juan Bautista por don José García del Pozo, cura Prior Párroco de dicha parroquia y se le puso por nombre Segismundo Candelas. Hijo de Vidal Nuñez – Polo, de oficio sacristán, natural de Urda (Toledo) y de Florentina Romero, natural de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real).

Estudió Humanidades y Filosofía en Valencia, pasando a Toledo después para cursar la Teología. En La Solana (Ciudad Real) cantó Misa el 2 de febrero de 1894 y fue destinado enseguida como Ecónomo a las Labores (Ciudad Real). Participó en el concurso a parroquias en Toledo y obtuvo la de Cabanillas del Campo (Toledo), que regentó hasta 1930 en que se trasladó a Villarrubia de los Ojos como Capellán de la Virgen de la Sierra.

En Villarrubia de los Ojos le cogió la persecución religiosa de julio 1936, ya anciano de sesenta y siete años de edad. Muy popular y querido en Villarrubia de los Ojos por su sencillez y por su llaneza en el trato, pasado el primer temor de la persecución se creyó seguro y salió del domicilio de unos parientes, donde de primeras se había refugiado, para trasladarse al propio, con traje talar y a plena luz, el 8 de agosto de 1936. Fue detenido en la calle y llevado preso. En la cárcel se le despojó brutalmente de la sotana y se le sometió a crueles torturas y trabajos impropios de su edad y de su carácter sacerdotal. Se mantuvo firme en su fe, a pesar de las torturas a que le sometieron para que renunciara a ella o simplemente cambiara el saludo "buenos días nos dé Dios" por el de "salud".

Devoto del Santo Rosario y ejemplar Capellán de la Patrona continuamente se le veía con el Rosario entre sus dedos y sin disimulos ni miedos no dejó de exhortar a sus compañeros de cárcel a mantenerse firmes y con valor ante la persecución y aún la misma muerte si llegaba el caso.

El día 2 de septiembre don Candelas fue sacado de la prisión y se le dio muerte en el término de Malagón (Ciudad Real) mientras con heroica constancia y persuasión con el Santo Rosario en alto gritaba ¡Viva Cristo Rey! Fue el único sacerdote asesinado en Villarrubia de los Ojos