Navarro Lorente, Amador


AMADOR NAVARRO LORENTE

Coadjutor de Tomelloso
En 1936, la parroquia de La Asunción de Tomelloso (Ciudad Real), con una población de 26.442 habitantes era uno de los núcleos urbanos más poblados de la provincia de Ciudad Real. La feligresía estaba atendida espiritualmente por un Párroco (D. Vicente Borrell Dolz); tres coadjutores (D. Juan Núñez Cacho, D. Amador Navarro Lorente, D. José María Mayor Macías; un capellán (D. Eliseo Ramírez Pozuelo) y un Adscrito a la Parroquia (D. Pedro Antonio Serrano Cañas).

El comportamiento del pueblo con los sacerdotes fue muy desigual: el Párroco, fue asesinado el día 16 de agosto de 1936 en el cementerio local. De los demás sacerdotes que había en Tomelloso, ninguno- excepto el párroco- fue asesinado en el pueblo. A dos coadjutores recientemente llegados a la Parroquia, D. Amador Navarro Lorente y D. José María Mayor Macías, les detuvieron y, trasladados a la Prisión Provincial y a la “Checa” del Seminario y fueron asesinados. De los que quedaron en el pueblo, al sacristán y a D. Eliseo Ramírez los dedicaron a barrer la plaza del pueblo durante varios días, mientras que los demás permanecieron en sus casas.

Tan solo el 3 de septiembre de 1936, El Pueblo Manchego, en la sección de información local, se hacía una referencia a los detenidos e ingresados en la cárcel, entre los que se encontraba el “ex –duque” de San Fernando, así como los sacerdotes de Tomelloso Amador Navarro Lorente y José María Mayor, añadiendo: “Se cree que a todos ellos los juzgarán rápidamente el Tribunal del pueblo, ya que se tienen fundados motivos para suponer que se encuentran mezclados en el actual movimiento sedicioso”. Y, efectivamente ambos serían asesinados

Don Amador Navarro Lorente nació en Carrizosa (Ciudad Real) el día 11 de julio de 1905 y fue bautizado el día 13 por D. Pedro José Chaparro, Cura Ecónomo de la Parroquia de Santa Catalina. Sus padres, Lorenzo Navarro Palomo, comerciante de profesión, y Rosa Lorente Palomo, de veintisiete y veintidós años de edad, respectivamente, le impusieron por nombre Amador Pío, a quien educaron cristianamente. En su porte era serio, de pocas palabras, tal vez tímido. Sin embargo, resultaba agradable en su trato, y era muy austero. Paisano de don Felipe Campos Rodríguez al que profesó siempre una reverencial amistad no sólo por aventajarle en 28 años de edad sino también por su ejemplar vida sacerdotal, y sin duda fue él quien influyó y orientó en su vocación al sacerdocio. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Real y en Toledo dos cursos superiores y, finalmente se licenció en Valencia, cantando su primera Misa el 11 de julio de 1928 a los 23 años justos de edad.

Antes de ser nombrado Coadjutor de Tomelloso en marzo de 1935, había ejercido el ministerio sacerdotal en Puebla del Príncipe y Alhambra, sucesivamente, dejando en todas partes el recuerdo imborrable de su cultura y prudencia, así como su ejemplaridad sacerdotal y apostólica. Fue detenido el 18 de agosto en Tomelloso, donde ejercía como Coadjutor y, trasladado a Ciudad Real, el 3 de septiembre con su compañero de ministerio don José María Mayor Macías. Murió asesinado el 24 de octubre por la mañana, ignorándose el lugar donde yacen sus restos, si bien se cree que fue arrojado al fatídico Pozo de Carrión de Calatrava, como don Santos Naranjo, párroco de Almagro asesinado el mismo día.