López de Sancho Donoso, Julio Pedro


JULIO PEDRO LÓPEZ DE SANCHO DONOSO

Párroco de Retuerta y Navas de Estena
Julio Pedro López de Sancho Donoso nació en Ballesteros de Calatrava (Ciudad Real) el día primero de febrero 1910. Recibió el Bautismo el 11 de febrero del mismo año en la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación de la misma localidad, de manos de D. Manuel Rodríguez, con licencia del Párroco y se le puso por nombre Julio Pedro. Fueron sus padres Pelayo López de Sancho y Donatila Donoso, naturales y vecinos de Ballesteros de Calatrava. Es el benjamín de todos nuestros sacerdotes sacrificados, apenas contaba 26 años de edad puesto que había cantado su primera Misa en su pueblo natal, el 13 de junio de 1936.

Desde muy niño estudió en el Seminario de Ciudad Real; extremadamente bondadoso y muy apto para los trabajos manuales y mecánicos, era llamado por sus compañeros de Seminario cariñosamente "San José". Finalizados los estudios eclesiásticos recibió el Subdiaconado en febrero de 1936 y ordenado de Presbítero al finalizar el curso en el mes de junio de este mismo año por D. Narciso de Estenaga, Obispo- Prior de las Órdenes Militares; fue destinado en seguida a Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) con una población de 1372 habitantes como Cura Ecónomo y encargado, además, de Navas de Estena (778 hab.), en sustitución de D. Eugenio López Ruiz.

A primero de julio llegó a la parroquia. Respetado y querido en Retuerta del Bullaque; Salvador, vecino del pueblo, en varias ocasiones pidió a don Julio que se fuera con él al monte, cosa que consiguió en una ocasión, aunque se volvió enseguida al pueblo y el alcalde de la localidad llamó a sus paisanos de Ballesteros de Calatrava para que fueran a recogerlo y pudieran salvarlo. Así lo hicieron. Pero elementos de la FAI y de la CNT venidos de Toledo no lo permitieron. Y lo asesinaron casi en el mismo pueblo, en el arranque de la carretera.

Finalizada la guerra civil los restos fueron llevados a Ballesteros donde recibieron sepultura en el cementerio. El recuerdo y la admiración permanecen en Retuerta del Bullaque, donde se le dedicó el nombre de una calle que ha sido respetada a pesar de los cambios vividos en estos tiempos; y especialmente en su pueblo de Ballesteros, pues era considerado como una persona buena y fiel sacerdote, independientemente de su muerte. En Retuerta del Bullaque se conserva perfectamente identificado el lugar donde fue asesinado. Por cierto, es la única encina que queda de todas las que había en ese lugar, era el día 16 de agosto del año 1936.