López de la Manzanara y Peñuelas, Francisco


FRANCISCO LÓPEZ DE LA MANZANARA Y PEÑUELAS

Consiliario de la Acción Católica y Coadjutor de Manzanares
Francisco López de la Manzanara y Peñuelas nació el 22 de noviembre del año 1886 en Manzanares (Ciudad Real); bautizado el día 28 de este mes por D. Patrocinio Beltrán, coadjutor de la Parroquia de la Asunción; hijo de Francisco López de la Manzanara, sirviente de profesión y de Isabel Peñuela Paz. De familia muy modesta, pero muy cristiana, cursa los Estudios Eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Real y ordenado Presbítero, en junio de 1911 celebró su primera Misa privadamente en Manzanares, por luto reciente. Designado "familiar o secretario" por D. Remigio Gandásegui, fue nombrado profesor de Latinidad. Después, al ser trasladado el Sr. Obispo a Segovia, pasó a ser Coadjutor de la Parroquia de Manzanares.

Instituida la Acción Católica en nuestra diócesis por el “Obispo mártir”, D. Narciso Estenaga: “en horas de amarga zozobra, que recordamos con tristeza, cuando temblaban los fuertes y huían los animosos…”, con fecha del 1 de marzo de 1934 se edita el Boletín oficial de la misma en el Obispado Priorato: “Hoy nace un simpático retoño de esta admirable organización, que se entrega a la solicitud cariñosa de todos nosotros…el hilo directo de comunicación entre todos nosotros, el que nos cuente las alegrías y aún las tristezas de nuestros hermanos en la “Acción Católica…” (Alocución del Excmo. Prelado, año I, Nº 1), en 1934 D. Francisco López de la Manzanara es nombrado Consiliario de la Acción Católica masculina de Manzanares y participa en la peregrinación a Roma de la juventud Católica Española del año 1933.

Durante veinte años desarrolló una ardua y provechosa labor entre las capas más humildes y jóvenes, como Consiliario de la Juventud Masculina y como Director de las Conferencias de San Vicente de Paúl. Trabajó con entusiasmo en la apertura del Círculo Católico para obreros y, debido a sus buenas disposiciones para tratar a todos, consiguió lo que se proponía, es decir, reunir a los obreros en un circulo donde se hablara de Dios y se abordara la problemática del mundo obrero.

A su lado se formó y trabajó un nutrido grupo de jóvenes militantes de Acción Católica que llegado el momento de la persecución religiosa no dudaron en aceptar el martirio por la condición de militantes cristianos: Pablo Naranjo Díaz – Albo (Secretario), Julián Mellado Noblejas (tesorero), José Díaz López de la Manzanara (fundador y primer secretario), Andrés Sánchez Serrano (vocal) y Julián Sedano López de los Mozos. Sobrecogido, como todos, por la sangrienta persecución en julio del 1936, se ocultó en el domicilio de una familia amiga, donde pudo pasar desapercibido hasta el 26 de agosto de 1936 en que, denunciado por una mujer que en un descuido pudo verle, fue inmediatamente detenido en el Ayuntamiento, y asesinado aquella misma noche en el camino del Cementerio donde luego fue enterrado.