González–Calero Domínguez, Miguel


MIGUEL GONZÁLEZ–CALERO DOMÍNGUEZ

Párroco de Puebla del Príncipe y de Hinojosas de Calatrava
Miguel González-Calero Domínguez nació el día 24 de septiembre del año 1905 en Manzanares (Ciudad Real). Es bautizado el día cinco de octubre del mismo mes en la Parroquia de La Asunción de Manzanares. Fueron sus padres Enrique Gonzáles -Calero y Carmen Domínguez. El año 1922 ingresó en el Seminario de Ciudad Real a los 17 años de edad. Ordenado de Presbítero el 23 de diciembre del año 1933, por el Sr. Obispo mártir, D. Narciso Estenaga, después de haber estado en el Seminario de Málaga, donde conoció a don Manuel González, Fundador de las Marías de los Sagrarios, hoy beatificado por S.S. Juan Pablo II, quedando impregnado del amor a la Sagrada Eucaristía y a los niños como después tuvo ocasión de demostrar en las diversas parroquias en las que ejerció el ministerio sacerdotal.

Ordenado sacerdote es enviado inmediatamente a la Parroquia de Alamillo y encargado de la de San Benito. Nombrado Cura de Puebla del Príncipe, llega al pueblo el día 1 de febrero del año 1934, especial campo de su apostolado heroico y fructífero con niños y jóvenes, realizando de esta forma un eficaz apostolado familiar. El 5 de febrero de 1935 es nombrado también Cura Ecónomo de Alhambra y encargado de Ruidera. En la madrugada del 25 de abril de 1936 alguien prendió fuego a la iglesia parroquial de Puebla del Príncipe y acusaron al cura de ser el incendiario. Se vio obligado a huir para salvar la vida, pero fue detenido en Valdepeñas. El Sr. Obispo decidió su traslado a Hinojosas de Calatrava y toma posesión de la Parroquia el día 6 de mayo de 1936. Bien poco iba a durar en la parroquia. Fue encarcelado a raíz de los sucesos del mes de julio y en la prisión escribió su testamento, (fechado el 13 de septiembre) sencillo y conmovedor, cristiano y ejemplar del que se conserva el original y numerosas copias que se distribuyeron por la diócesis después del martirio de don Miguel. En el testamento decía don Miguel: “Hace ya un mes que el Comité revolucionario de ésta me tiene encarcelado por ser sacerdote…”. Y, plenamente consciente de su martirio concluye: “así mismo perdono de todo corazón a cuantos me hayan perseguido. A todos perdono y perdón para ellos pido a Dios”.

En la cárcel, sin ocultarse, rezaba el Oficio Divino y guiaba el santo Rosario todos los días e hizo la Novena a Santa Teresita a quien profesaba especial devoción, confortó, consoló y administró el Sacramento de la Penitencia a encarcelados. El 15 de septiembre llega a Hinojosas de Calatrava un grupo de personas de La Puebla del Príncipe reclamando al prisionero y sin más es entregado. Llegados a La Puebla, don Miguel fue de nuevo encarcelado. Pretendía que don Miguel acusara a algunas personas del incendio de la iglesia. Jamás pudieron lograrlo.

Al fin, en la madrugada del 18 de septiembre de 1936 fue destrozado a tiros en el pecho, en el vientre y en la cabeza y arrojado a un barranco muy profundo en el camino de la Puebla a Villamanrique. Un vecino, don José Medina Arcos, pidió su cadáver y lo llevó a Villamanrique donde se le dio cristiana sepultura. En el lugar de la muerte permanece levantada una cruz conmemorativa: Tumba y cruz son visitadas y adornadas con flores por los habitantes de la comarca y Campo de Montiel gozando de fama de martirio