García–Mateos Aparicio, Enrique


ENRIQUE GARCÍA–MATEOS APARICIO

Párroco de la Asunción de Puertollano
Enrique García-Mateos Aparicio nace en La Solana (Ciudad Real) el día 15 de julio de 1891, aunque se crió en Valdepeñas (Ciudad Real). Fueron sus padres Ángel y Carmen. Hizo todos sus estudios en el Seminario de Ciudad Real y fue ordenado de Presbítero el año 1916. Antes de llegar a Puertollano, por el año 1932, ejerció el ministerio sacerdotal en Moral de Calatrava (Ciudad Real) como Coadjutor y Ecónomo de Pedro Muñoz. En Puertollano trabajó incansablemente en organizar la Acción Católica en sus diversas ramas, y por orden del Sr. Obispo, procedió a inscribir en el Registro de la Propiedad, todos aquellos inmuebles que pertenecían a la Iglesia y pudieran inscribirse, como la ermita de la Virgen de Gracia y la plaza con la vivienda del santero (864 metros cuadrados) el terreno de un solar al lado de la Iglesia de El Villar, la Plaza de la Puerta de El Sol, de la Parroquia de la Asunción, etc.

Llegado el 18 de julio de 1936, bien temprano comenzó la persecución de don Enrique, yendo a por él. Logra esconderse y cuando a media noche, creyendo haber pasado el peligro, sale de su escondite, al ir por la calle San José es descubierto por una mujer, conocida por la "Botonera" y a gritos lo denuncia a los vendedores de la plaza pública, lo detienen y quisieron matarlo con los cuchillos de los carniceros y pescadores, pero el alcalde, que por allí se encontraba, pudo subirlo a su coche y trasladarlo a la cárcel de Almodóvar del Campo para ponerlo a salvo de las furias del gentío, donde estuvo hasta que el 5 de agosto, tras confesarse con otro compañero, D. Alejandro Prieto, sacerdote de las Escuelas del Ave María y ambos sacerdotes fueron asesinado ante las tapias de la fábrica de orujos de D. Miguel de la Vega. Era el 5 de agosto de 1936.

Don Enrique, desde la cárcel contestaba a una carta del compañero sacerdote don Gaspar Naranjo Molina, que sobrevivió a la persecución, en la que decía: “Prisión Preventiva de Almodóvar del Campo: 30-VII-1936. Sr. D. Gaspar Naranjo. Mi estimado amigo y compañero: Ya más templado el ánimo y más en equilibrio los nervios, no quiero dejar pasar más tiempo sin responder a su cariñosa carta, expresándole mis sentimientos de profunda gratitud. Ya supe también la salida de Vd. y me alegró mucho la noticia en que se encontrara Vd. allí libre y entre los suyos. Aquí estamos unos treinta sólo de Puertollano y nos animamos mutuamente hasta que Dios Nuestro Señor se disponga disponer otra cosa. Ya sabe Ud. lo del pobre compañero D. Jaime. ¡Que él interceda por nosotros desde el Cielo, en donde estará seguramente gozando el premio de sus virtudes y de su martirio! Afectuosos saludos a los suyos y encomendándome muy de veras a sus oraciones, le abraza su Afmo. Amigo. Enrique García -Mateos. Aquí está también D. Alejandro, el del Ave María”.

Don Enrique fue fusilado con don Alejandro Prieto Serrano, el día 5 de agosto de 1936. Los cuerpos de ambos fueron enterrados con otros de Puertollano, en el Cementerio de Almodóvar, que una vez terminada la guerra, fueron todos trasladados al Cementerio de Puertollano.