García–Calvillo y Cobos, Antonio


ANTONIO GARCÍA–CALVILLO Y COBOS

Adscrito a la Parroquia de Herencia
Nacido en Herencia (Ciudad Real) el 10 de mayo de 1885 y educado cristianamente en el seno de su familia, destacó por su piedad, haciendo la primera Comunión a los cinco años de edad. Así continuó bajo la dirección de los sacerdotes don Manuel Utrilla y de su tío don José Callejas, al que diariamente ayudaba a Misa.

Los mercedarios de Herencia lo llevaron a su Orden. Por eso, comenzó los estudios en el Convento de Sarria (Lugo), el 11 de marzo de 1900 y se trasladó después a Poyo (Pontevedra), donde concluye los estudios, es ordenado sacerdote y celebró su primera Misa el 21 de junio de 1908, día de San Luis Gonzaga. Hasta el año 1922 en que fue recibido en este Priorato, por el Rvdmo. Sr. Irastorza y quedó incardinado, ejerció por tierras de Galicia, en las comarcas y pueblos de Verín y El Ferrol. Incardinado en Ciudad Real regentó la Parroquia de Las Labores algún tiempo, retirándose finalmente a Herencia, donde se dedicó preferentemente a la enseñanza por la que sentía especial vocación. Era notable su dominio del francés y de la taquigrafía.

El día 20 de julio de 1936 celebraba, como de ordinario, la Santa Misa en la ermita de San José, cuando se le ordena que la interrumpiese, a lo que se negó enérgicamente, no retirándose del altar hasta haber terminado la Santa Misa. Es detenido el 1 de agosto de 1936 y multado con mil pesetas por supuesta tenencia de armas y, el día 5 de agosto, es obligado a llevar dicha cantidad al Comité, por un vecino que le condujo a golpes de fusil. Y, cuando, depositado el importe de la multa, regresaba con su hermana al domicilio familiar, nuevamente es detenido y se le encierra en la cueva dispuesta a estos efectos por el Comité en la "checa" de Herencia, y queda incomunicado totalmente. Al amanecer del día 7 de agosto de 1936, es conducido como tantos otros a la siniestra mina abandonada en los términos de Camuñas (Toledo) a la que fue arrojado vivo al tiempo que gritaba ¡Viva Cristo Rey! El hecho causó gran impresión entre los vecinos.

Fue perseguido y arrojado vivo a la mina sólo por ser sacerdote y haberse resistido a la prohibición de celebrar la Santa Misa.