Álvarez Rivera, Matías-Fabián


MATÍAS-FABIÁN ÁLVAREZ RIVERA

Cura de Villarta de San Juan
Nació en Daimiel (Ciudad Real), el día 20 de enero de 1903. Fue hijo de Matías Álvarez Muñoz y Presentación Rivera Pareja, naturales de Daimiel. En la Parroquia de Santa María la Mayor recibió el Bautismo de manos de D. José María Rodríguez de Guzmán, el día 25 de enero. En la calle La Plaza transcurrió su infancia hasta que se traslada a Ciudad Real el año 1913 para iniciar los estudios eclesiásticos en el Seminario, continuando desde el 1924 en Burgos donde se licenció en Sagrada Teología. Acabados brillantemente sus estudios fue ordenado de sacerdote por el Excmo. Sr. D. Narciso de Estenaga Echevarría, el día 9 de mayo de 1927, junto con D. Victoriano Sánchez Camacho Alcázar y celebra su primera misa solemne1927, en la parroquia donde fue bautizado.

Ordenado sacerdote, su primer destino fue Coadjutor de Membrilla, donde estuvo poco tiempo; pero fue muy querido del pueblo. Después es enviado (también de Coadjutor) a la Solana. El destino siguiente fue Párroco de Villarta de San Juan distinguiéndose por su especial esmero por la Catequesis, implantación de la Acción Católica siendo nombrado por el Excmo. Sr. Obispo D. Narciso de Estenaga y Echevarría Consiliario el 6 de junio de 1934, amor a la Eucaristía y a la Santísima Virgen.

Especialmente devoto de la Santísima Virgen se celebraba cada año la novena y fiesta de la Inmaculada con actos religiosos y culturales. Constituye una página de oro en la historia de Villarta de San Juan la gesta del pueblo alentado por su párroco de la construcción de una nueva ermita a la Patrona de Villarta, Nuestra Señora de la Paz, organizándose cultos y festejos extraordinarios los días 23 y 24 de enero de 1936 como preparación para bendición solemne de la nueva ermita por el Sr. Obispo. En Villarta de San Juan le cogió la persecución religiosa y el 25 de julio de 1936 se vio obligado a salir de Villarta. El padre, de nombre Matías como el hijo sacerdote, fue a por él y sus cosas en un camión, pensando que estaría más seguro en Daimiel, por ser su pueblo natal.

Permaneció oculto en la casa paterna de donde fue sacado varias veces con el consabido pretexto de prestar declaración. Finalmente, en el convento de las Monjas Mínimas, convertido en horrible checa apresaron a este sacerdote, el día 22 de agosto, era medio día. Y, entrada la noche, fue asesinado con otros cinco sacerdotes y algunos seglares. Sus restos reposan en el cementerio de Daimiel. Los padres de D. Matías, tenían un familiar muy próximo que gozaba de mucha influencia y autoridad entre los que mandaban en Daimiel durante la guerra civil y, valiéndose de ello, sacó varias veces de la cárcel y libró de la muerte a algunos familiares y vecinos. Terminada la guerra, al juzgar a esta persona, quienes fueron librados de morir, testificaron a favor suyo. En el juicio, el fiscal le dijo: ¿-V. tenía también otro familiar sacerdote? –Sí, respondió –; Y, a éste ¿por qué no lo salvó V.?” Continúo el fiscal. La respuesta fue rápida y lacónica: -“¡Porque era CURA!”. Valioso testimonio de primera mano y documentación histórica del martirio de tan ejemplar sacerdote.