Trujillo, P. Manuel

  

P. MANUEL TRUJILLO

Comunidad de San Antonio (Madrid)

El P. Manuel Trujillo Gutiérrez nació en Moral de Calatrava (Ciudad Real) el 15 de junio de 1881. Sus padres fueron Juan y María Catalina. En la preceptoría de su pueblo se preparó en latín y humanidades para hacerse franciscano. Tomó el hábito franciscano el 9 de junio de 1896 en Pastrana (Guadalajara), en donde hizo su profesión temporal el 2 de julio de 1897 y estudió el primero de filosofía. De 1898 a 1905 completó los estudios de filosofía, teología y cánones, siempre con calificaciones y conducta buenas, en La Puebla de Montalbán (Toledo). Allí hizo su profesión solemne el 3 de julio de 1900. Fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1904.

Fue destinado a Consuegra (Toledo) como predicador y preceptor de instrucción primaria hasta 1910, cargos que desempeñó en Almagro (Ciudad Real) hasta 1914. Ese año fue nombrado profesor del seminario de Belmonte (Cuenca). En 1917, Guardián de Quintanar de la Orden (Toledo). En 1920, Secretario provincial con residencia en Madrid. En 1923, Guardián-Rector del seminario de Alcázar de San Juan (Ciudad Real). En 1926, Guardián del convento-teologado de Consuegra. En 1929, definidor provincial y vicario del de San Antonio, en Madrid. En 1932, Guardián de Segovia. En 1935, asistente de la Orden Franciscana Seglar y Guardián de San Antonio, de Madrid, hasta su muerte.

Era de natural sencillo, comunicativo, cariñoso y también nervioso, con notables altibajos en su estado de ánimo. Como religioso, fiel. Como superior, recto e imparcial. Cantor extraordinario, buen predicador y director de almas, se entregó con ardor a estas tareas.

Empezada la guerra civil española, fue acogido en una casa, que tuvo que abandonar pronto. Entonces pasó a la de los padres de un novicio franciscano. El 2 de agosto salió para su pueblo. Estuvo en casa de una hermana y desde la tarde del día 6 en la de una sobrina. En la mañana del 7, fue sacado de ella por la policía local y hecho prisionero en el Ayuntamiento. Hasta el 18 permaneció en una habitación aislado. Desde ese día estuvo con los demás presos, entre los cuales estaban varios sacerdotes y el P. Máximo Durana, franciscano. Estaban dispuestos a morir por Dios, rezaban, se confesaban mutuamente y prepararon a los presos para la muerte. No respondían a los insultos de los que los custodiaban y decían que había que perdonarlos, pues obraban por ignorancia.

El 30 de agosto llevaron al P. Trujillo y al P. Durana (su vida se narra en la página 77 pues pertenecía a la Comunidad de Almagro, Ciudad Real) a la ermita de la Patrona, donde había otros presos. Consideraban cercana la muerte y se prepararon con la oración. Pasada la medianoche, los milicianos mandaron “¡Que salgan los frailes!” y los llevaron con tres seglares en dos coches al término de Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real). En la madrugada del 31 de agosto de 1936 fusilaron a los cinco cerca de esa población. Los franciscanos perdonaron a los asesinos. Ese mismo día los cinco cadáveres fueron enterrados en el cementerio de Pozuelo de Calatrava. Terminada la guerra, los cuerpos de estos dos franciscanos fueron trasladados al convento de Almagro. Después de varios traslados, en 1989 fueron trasladados a la iglesia franciscana de San Juan de los Reyes, en Toledo, donde se guardan.