Jiménez, P. Jesús

  

P. JESÚS JIMÉNEZ

Comunidad de San Antonio (Madrid)

El P. Jesús Jiménez Gómez-Miguel nació en Consuegra (Toledo) el 5 de febrero de 1876. Sus padres fueron Ángel Custodio y María. Inclinado a lo religioso, estudió tres años de humanidades con los franciscanos del pueblo para entrar en su Orden.

Tomó el hábito franciscano el 5 de junio de 1892 en Pastrana (Guadalajara), en donde hizo su profesión temporal en igual fecha de 1893 y estudió los dos primeros años de filosofía. En La Puebla de Montalbán (Toledo) estudió el tercero e hizo su profesión solemne el 17 de junio de 1896. De 1896 a 1899 estudió teología en Consuegra. Fue ordenado de sacerdote el 18 de marzo de 1899. Y terminó su formación con el año de cánones en Almagro (Ciudad Real).

Hasta 1907 ejerció el ministerio sacerdotal en Consuegra. Los tres años siguientes fue socio del capellán de las clarisas de Valdemoro (Madrid). En 1910 fue destinado a Alcázar de San Juan (Ciudad Real) como asistente de la Orden Franciscana Seglar. En 1912, a Ávila como vicario y confesor conventual. En 1914 fue nombrado Guardián del convento de La Puebla de Montalbán. En 1917, Guardián del convento de Pastrana. En 1920, Guardián del de Quintanar de la Orden (Toledo). El siguiente trienio, definidor provincial en Madrid. De 1926 a 1935 fue Guardián de estas tres comunidades en trienios sucesivos: la de La Puebla de Montalbán, Consuegra y Alcázar de San Juan. En 1935 fue designado Vicario del convento de San Antonio, en Madrid, en el que residió hasta su muerte. Su labor sacerdotal la ejercitó principalmente en el sacramento de la penitencia. Era austero y extremado en la pobreza. Como superior, mostró laboriosidad, celo por la observancia de la vida común y por el esplendor del culto divino, con la palabra y el ejemplo.

Dos días después de iniciada la guerra civil española de 1936, el P. Jesús Jiménez salió del convento para hospedarse en casa de una prima suya, que vivía en Madrid, cerca del convento. En la familia, compuesta por el matrimonio y tres hijos, se oía la radio y se sabía que se estaban produciendo muchos asesinatos de sacerdotes y religiosos. El P. Jesús decía que los rojos eran gente inculta y había que perdonarles. Se había llevado una sotana, el breviario, rosarios, un crucifijo, estampas y medallas. Hacía todos los rezos en su habitación.

El 11 de agosto de 1936, a las 4 de la madrugada, se presentaron seis individuos armados y obligaron al vigilante a abrirles la casa. Cuando el ama de casa dijo que allí estaba un primo suyo hospedado, dijeron: “Ya hemos encontrado lo que buscábamos”. Alguien le había delatado. Avisado el P. Jesús, se levantó, se vistió y se presentó a aquellos hombres. Estos le abrieron la maleta antes de llevárselo y de ella cogieron dos fotos del P. Jesús con hábito. Al llegar el día, su cadáver apareció cerca de la plaza de Legazpi de Madrid con esas dos fotos encima y la cara parcialmente destrozada, con heridas y golpes en la frente, en la nariz y en la mejilla derecha. Hecha la ficha correspondiente, en la que se dice que ese cadáver es del P. Jesús Jiménez Gómez-Miguel, sacerdote franciscano, fue inhumado el 12 de agosto en el cementerio de la Almudena, de Madrid.