Giménez Sánchez, Pedro Jesús


PEDRO JESÚS GIMÉNEZ SÁNCHEZ

Miembro de la Adoración Nocturna y de los Exploradores
Es el segundo hijo varón y el cuarto del matrimonio. Nació el tres de julio de 1911 en Albacete. A la muerte de su padre es internado junto a sus hermanos José María y Joaquín, en un colegio de frailes en Getafe (Madrid) donde realiza estudios de Bachillerato. Al finalizar dichos estudios regresa a Albacete, incorporándose a trabajar en los negocios familiares. Pertenece a la Adoración Nocturna y a los Exploradores, donde realiza una gran labor. Era el más religioso de los hermanos, tenía una gran hondura espiritual.

Eran cuatro hermanos que nacieron en el seno de la familia formada por Pedro Jesús Jiménez y Clotilde Sánchez, originarios de Peñas de San Pedro (Albacete), se trasladaron a la capital y allí el padre creó sus Sociedades Comerciales, ocupó la Presidencia de la Cámara de Comercio e Industria llegó a ser Alcalde del Ayuntamiento de dicha capital. Murió a los 48 años, siendo sus hijos todavía muy pequeños y quedando sus negocios en manos de sus hermanos y socios. El matrimonio tuvo nueve hijos.

Al declararse la guerra civil los cuatro hermanos prestaron su apoyo a los sublevados, y fracasada ésta en la primera semana fueron buscados por las milicias del Frente Popular de Albacete. Se escondieron junto a su madre, donde logran eludir varios registros hasta que son denunciados por una de las criadas de la casa, siendo detenidos, encarcelados, juzgados y condenados a muerte, siendo fusilados los cuatro juntos en el cementerio de Albacete en la madrugada del 27 de septiembre de 1936.

En la carta que envía a su familia antes de morir, Pedro Jesús se reafirma en su amor a Cristo Rey y a España: Queridísima madre mía: en estos felices momentos en que, cristianamente preparados nos disponemos a entregar nuestras almas a Dios, El cual nos ha elegido, fíjate madrecica, El nos ha elegido, para que derramemos nuestra sangre… Ten la seguridad de que El no está esperando con los brazos abiertos después de perdonar todas nuestras culpas; para tu tranquilidad también te digo que nosotros hemos perdonado a nuestros enemigos.