Martínez Ramos, Pedro Juan
PEDRO JUAN MARTÍNEZ RAMOS
Párroco de a Ossa de Montiel
Natural de El Bonillo (Albacete), había nacido en 1899. Se trasladaron, por cuestión de trabajo de su padre, a Ossa de Montiel (Albacete). Pedro Juan estudió en el Seminario de Orihuela (Alicante). Ordenado sacerdote, después de su primer destino en un pueblo de la provincia de Guadalajara, en 1934 fue destinado como párroco a Ossa de Montiel (Albacete), donde se entregó al servicio de los más pobres, y daba clases en verano a todo aquel vecino que se lo pidiese.
Cuando comienza la guerra se incorpora al ejército Republicano como conductor de un comandante militar, el cual sabe que Pedro Juan es sacerdote. El 4 de diciembre de 1936 decide volver a Ossa de Montiel (Albacete), pensando que nadie le hará daño, pues él ha hecho el bien a todos en el pueblo, desoyendo los consejos del comandante.
Por la noche, de ese mismo día, es detenido por el Comité Local del Frente Popular de Ossa, y luego de haber sido torturado en la cárcel, fue fusilado el 5 de diciembre en la carretera que va desde Balazote a El Bonillo, en la provincia de Albacete, exactamente en Lezuza (Albacete) en el kilómetro 17, siendo sepultado en el cementerio del pueblo. Los testigos afirman que los milicianos que asesinaron a Don Pedro Juan rompieron la mayoría de las imágenes de la iglesia del pueblo, y se hicieron capotes con el lienzo de un cuadro de grandes dimensiones colgado en las paredes del templo.
Cuando comienza la guerra se incorpora al ejército Republicano como conductor de un comandante militar, el cual sabe que Pedro Juan es sacerdote. El 4 de diciembre de 1936 decide volver a Ossa de Montiel (Albacete), pensando que nadie le hará daño, pues él ha hecho el bien a todos en el pueblo, desoyendo los consejos del comandante.
Por la noche, de ese mismo día, es detenido por el Comité Local del Frente Popular de Ossa, y luego de haber sido torturado en la cárcel, fue fusilado el 5 de diciembre en la carretera que va desde Balazote a El Bonillo, en la provincia de Albacete, exactamente en Lezuza (Albacete) en el kilómetro 17, siendo sepultado en el cementerio del pueblo. Los testigos afirman que los milicianos que asesinaron a Don Pedro Juan rompieron la mayoría de las imágenes de la iglesia del pueblo, y se hicieron capotes con el lienzo de un cuadro de grandes dimensiones colgado en las paredes del templo.