López López, Francisco
FRANCISCO LÓPEZ LÓPEZ
Ecónomo de Socovos
Natural de Férez (Albacete), había nacido el 4 de octubre de 1892. Tras algunas dudas abandonó los estudios eclesiásticos que finalmente retomaría con toda decisión para terminar ordenándose sacerdote. Después de varios nombramientos, desde 1929 es el cura ecónomo de Socovos (Albacete).
El 29 de julio, iniciada la guerra, administró algunos sacramentos, pero viendo que allí peligraba su vida, decidió acogerse al amparo de sus familiares, en Férez no le molestó nadie, pero el 8 de septiembre sale de Albacete en dirección a este pueblo un grupo de milicianos, que tras asesinar a Don Francisco Massó, van en busca del párroco de Socovos, que no estaba, pero no faltó quien les informó que se encontraba en Férez.
Llegados a primeras de la madrugada del 9 de septiembre a la casa donde se encontraba Don Francisco y tomadas las medidas oportunas para que nadie pudiera escapar, golpean fuertemente con las culatas de los fusiles la puerta, gritando: ¡Abran y que salga el cura! No faltan quienes se suman a los asesinos, estando presentes algunos de los delatores. Otros quedan atemorizados en sus casas. Se presenta el sacerdote y le dicen: Se trata de hacer una pequeña declaración en el Ayuntamiento. Sale Don Francisco a la calle, y rápidamente es detenido, introduciéndole bruscamente en uno de los coches, que esperan con los motores en marcha, emprendiendo otra vez el camino hacia Elche de la Sierra (Albacete). Pero ahora no llegarán. En las afueras del pueblo, a dos kilómetros de Férez (Albacete), junto al Puente de Abejuela, le hacen bajar del coche; y sin más, le disparan, dejándolo muerto en la cuneta.
El 29 de julio, iniciada la guerra, administró algunos sacramentos, pero viendo que allí peligraba su vida, decidió acogerse al amparo de sus familiares, en Férez no le molestó nadie, pero el 8 de septiembre sale de Albacete en dirección a este pueblo un grupo de milicianos, que tras asesinar a Don Francisco Massó, van en busca del párroco de Socovos, que no estaba, pero no faltó quien les informó que se encontraba en Férez.
Llegados a primeras de la madrugada del 9 de septiembre a la casa donde se encontraba Don Francisco y tomadas las medidas oportunas para que nadie pudiera escapar, golpean fuertemente con las culatas de los fusiles la puerta, gritando: ¡Abran y que salga el cura! No faltan quienes se suman a los asesinos, estando presentes algunos de los delatores. Otros quedan atemorizados en sus casas. Se presenta el sacerdote y le dicen: Se trata de hacer una pequeña declaración en el Ayuntamiento. Sale Don Francisco a la calle, y rápidamente es detenido, introduciéndole bruscamente en uno de los coches, que esperan con los motores en marcha, emprendiendo otra vez el camino hacia Elche de la Sierra (Albacete). Pero ahora no llegarán. En las afueras del pueblo, a dos kilómetros de Férez (Albacete), junto al Puente de Abejuela, le hacen bajar del coche; y sin más, le disparan, dejándolo muerto en la cuneta.