Montero, Fr. Orencio

  

FR. ORENCIO MONTERO

Comunidad de Consuegra (Toledo)

Fr. Orencio Montero Novillo nació en Consuegra (Toledo) el 22 de enero de 1915. Sus padres fueron Jesús y Margarita. Ingresó en el seminario menor franciscano de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) en 1927. Allí estudió primero y segundo de humanidades. Los dos siguientes los hizo en el de La Puebla de Montalbán (Toledo) en 1929 y 1930. Tomó el hábito franciscano el 1 de septiembre de 1930 en Arenas de San Pedro (Ávila), en donde hizo su profesión temporal el 2 de septiembre de 1931. De 1931 a 1934 cursó el quinto de latín y el trienio filosófico en el convento de Pastrana (Guadalajara). De 1934 a 1936 cursó primero y segundo de teología en el de Consuegra. No emitió su profesión solemne ni recibió órdenes sagradas por estar sujeto al servicio militar. Fue de gran aplicación en los estudios y respetuoso con los superiores. De carácter apacible, sencillo y bonachón, fue apreciado por superiores y compañeros. Sufrió el martirio, junto con el P. Ramón, Fr. Pero, Fr. Demetrio y Fr. Gregorio, en Los Yébenes (Toledo) el 24 de septiembre de 1936. El P. Ramón Pérez y los cuatro franciscanos citados fueron expulsados del convento con toda la comunidad franciscana el 24 de julio de 1936. Recogidos en casas de familiares y bienhechores, fueron sacados de ellas, encarcelados el 9 de agosto en la prisión municipal y trasladados el 11, junto con los demás detenidos, a la iglesia de Santa María, convertida en prisión. En ella se prepararon para el martirio. En la noche del 15 al 16 de agosto no fueron sacados de ella por ser naturales de Consuegra los cuatro primeros, y por simpatía y compasión hacia Fr. Gregorio por su servicialidad y su poca edad. El 23 de septiembre, en el entierro de un comunista del pueblo, muerto en acción de guerra en Toledo, los asistentes exigieron la muerte de los de la prisión. En la noche del 23 al 24, las autoridades locales sacaron de la iglesia-prisión a los cinco franciscanos citados, a seis sacerdotes seculares, a cuatro escolapios y un hermano dominico. Nada más subir al camión en donde eran conducidos, los dieciséis empezaron a rezar y a cantar, y así continuaron durante el recorrido. Al llegar al lugar llamado Camino de la Plata del Caorzo, a 5 kilómetros de Los Yébenes (Toledo), los bajaron del camión, les insultaron, los maltrataron y les quitaron los objetos religiosos. Allí mismo, cerca de la carretera y del puente sobre el Algodor, los fusilaron en la madrugada del 24 de septiembre de 1936. Enterrados en el cementerio municipal de Los Yébenes, fueron exhumados y enterrados en el de Consuegra poco después de acabada la guerra civil española de 1936-1939. Actualmente reposan en la iglesia franciscana de San Juan de los Reyes, en Toledo.