Ayuso, Fr. Gregorio

  

FR. GREGORIO AYUSO

Comunidad de Consuegra (Toledo)

Fr. Gregorio Ayuso Orete nació en Pastrana (Guadalajara) el 12 de marzo de 1916. Sus padres fueron Manuel y Dolores. Al ser para ambos sus segundas nupcias y tener hijos de las primeras, Gregorio, tímido, sufrió bastantes por las tensiones entre hijos de distintos matrimonios. Además, perdió pronto a su madre.

En 1932 empezó el postulantado en el convento de Pastrana. Tomó el hábito franciscano el 15 de enero de 1933 en el de Arenas de San Pedro (Ávila), en donde profesó de votos temporales el 16 de enero de 1934. Fue enviado entonces al convento de Consuegra (Toledo), en el que desempeñó los oficios de ayudante de cocina y refitolero, y en el que permaneció hasta su muerte.

Se distinguió siempre por su amabilidad, sencillez y servicialidad. Estas cualidades cautivaron incluso a sus carceleros.

Padeció el martirio, junto con los cuatro anteriores en Los Yébenes (Toledo) el 24 de septiembre de 1936. El P. Ramón Pérez y los cuatro franciscanos citados fueron expulsados del convento con toda la comunidad franciscana el 24 de julio de 1936. Recogidos en casas de familiares y bienhechores, fueron sacados de ellas, encarcelados el 9 de agosto en la prisión municipal y trasladados el 11, junto con los demás detenidos, a la iglesia de Santa María, convertida en prisión. En ella se prepararon para el martirio. En la noche del 15 al 16 de agosto no fueron sacados de ella por ser naturales de Consuegra los cuatro primeros, y por simpatía y compasión hacia Fr. Gregorio por su servicialidad y su poca edad. El 23 de septiembre, en el entierro de un comunista del pueblo, muerto en acción de guerra en Toledo, los asistentes exigieron la muerte de los de la prisión. En la noche del 23 al 24, las autoridades locales sacaron de la iglesia-prisión a los cinco franciscanos citados, a seis sacerdotes seculares, a cuatro escolapios y un hermano dominico. Nada más subir al camión en donde eran conducidos, los dieciséis empezaron a rezar y a cantar, y así continuaron durante el recorrido.

Al llegar al lugar llamado Camino de la Plata del Caorzo, a 5 kilómetros de Los Yébenes (Toledo), los bajaron del camión, les insultaron, los maltrataron y les quitaron los objetos religiosos. Allí mismo, cerca de la carretera y del puente sobre el Algodor, los fusilaron en la madrugada del 24 de septiembre de 1936. Enterrados en el cementerio municipal de Los Yébenes, fueron exhumados y enterrados en el de Consuegra poco después de acabada la guerra civil española de 1936-1939. Actualmente reposan en la iglesia franciscana de San Juan de los Reyes, en Toledo.