Alocén, Fr. Cecilio

  

FR. CECILIO ALOCÉN

Comunidad de Consuegra (Toledo)

Fr. Cecilio Alocén Aguado nació en Sacedón (Guadalajara) el 22 de noviembre de 1870. Sus padres fueron Pedro y María. Tomó el hábito franciscano el 30 de junio de 1892 y profesó en la misma fecha del año 1893 en el convento de Pastrana (Guadalajara).

Permaneció tres años en dicho convento trabajando como sacristán y en las obras del nuevo pabellón para los estudiantes profesos. De 1896 a 1899 vivió en el convento de La Puebla de Montalbán (Toledo) donde desempeñó los oficios de sacristán y sastre, y en donde hizo su profesión solemne el 30 de junio de 1896. En 1899 pasó con otros religiosos a las misiones de Brasil y permaneció allí tres años. Volvió de nuevo a La Puebla de Montalbán y a su oficio de sacristán. De 1906 a 1910 residió en Pastrana. De 1910 a 1912, en la residencia de capellanes de religiosas y en San Fermín de los Navarros, en Madrid. En 1912 ó 1915 fue trasladado al seminario menor franciscano de Belmonte (Cuenca), donde trabajó como sacristán, hospedero y sastre hasta 1918. Desde ese año hasta su muerte vivió en el convento de Consuegra. Hizo de sacristán, sastre, enfermero, hospedero y refitolero. Trabajaba sin descanso y ayudaba a otros en sus quehaceres Cumplía la obediencia como buen religioso y, a pesar de ser nervioso por temperamento, era de buen temple.

Sufrió el martirio en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) el 19 de agosto de 1936, junto con Fr. José Ávila, Fr. Gabriel García, el párroco de Consuegra y siete seglares.

Al ser expulsados del convento los franciscanos el 24 de julio de 1936, Fr. Cecilio, y asimismo Fr. José Ávila y Fr. Gabriel García fueron acogidos por diversas familias de Consuegra en sus casas. Fr. Cecilio fue encarcelado el 9 de agosto, Fr. José Ávila el día 10 y Fr. Gabriel el día 11. Primeramente estuvieron en la cárcel municipal, con los demás franciscanos y otros religiosos y sacerdotes. El día 11 fueron trasladados todos a la iglesia parroquial de Santa María, convertida en prisión. En ambas, todos se prepararon para el martirio, con la oración, la confesión y la renovación de su profesión religiosa. En la noche del 15 al 16 de agosto, fueron sacados de la iglesia-cárcel con los demás franciscanos, pero a estos tres y algunos otros, les hicieron volver a la iglesia-cárcel. En la madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936 Fr. Cecilio, Fr. José Ávila, Fr. Gabriel, D. Manuel del Campo, párroco de Consuegra y siete seglares fueron sacados de la iglesia-prisión, llevados en un camión hasta el término de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) y fusilados junto a la Cuesta de la Virgen de la Sierra hacia las tres de la madrugada. Los cadáveres de esas once personas fueron paseados entre mofas por algunas calles de Villarrubia por los milicianos hasta llegar al cementerio municipal, donde los enterraron en la mañana del 19 de agosto de 1936. Trasladados sus restos al convento de Consuegra en 1939, reposan actualmente en la iglesia franciscana de San Juan de los Reyes, en Toledo.