Ruiz Roldán, Manuel


MANUEL RUIZ ROLDÁN

Adscrito a la parroquia de Sonseca
Manuel había nacido el 25 de marzo de 1902 en Sonseca (Toledo). Hijo de Ángel Ruiz-Tapiador Peces-Barba y de Felicia Roldán Guerrero. Recibió la ordenación sacerdotal el 14 de junio de 1924. Cantó su primera misa el 26 de junio, siendo su primo, Ernesto Peces Roldán por entonces ecónomo de Quijorna (Madrid), el orador sagrado. Fueron sus padrinos, don Constantino Pérez Goméz, arcipreste de Sonseca y don Teodoro Ruiz Peces, coadjutor de Ajofrín (Toledo) y tío del celebrante. Nombrado coadjutor de Las Ventas con Peña Aguilera (Toledo); pasó en 1925 a ejercer como ecónomo de Romancos (Guadalajara). Luego de 1927 a 1930 fue párroco de Layos (Toledo). Ingresó en el Ejército siendo capellán castrense de la Armada, que servía en el 2º Regimiento de Melilla. Pese a su juventud, se tendrá que retirar a su pueblo natal con motivo de la llamada ley de Azaña. En 1931, el Gobierno de la República restringió primero el Servicio Religioso Castrense, y definitivamente lo suprimió por Ley de 30 de junio de 1932. Durante la guerra civil en la llamada zona nacional se habilitaría de nuevo el servicio religioso con algunos de los capellanes que en su día habían sido disueltos y otros muchos sacerdotes. Don Manuel ya no pudo alistarse. Cuando estalló el conflicto se encontraba en su pueblo, plenamente integrado en la pastoral parroquial, atendiendo, sobre todo, la sección femenina de la Acción Católica.

Se cuenta de él que en una de las palizas que le dieron, le quitaron los pantalones, y después fue a rastras adonde los tenía para sacar del bolsillo el paquete de tabaco para ofrecerles un cigarro a quienes le habían pegado. Le pasearon con los brazos en cruz por todo el pueblo, mientras iba diciendo: “Pueblo mío, ¿qué te he hecho, en qué te he ofendido?” En la noche del 3 al 4 de agosto fue sacado de la cárcel en compañía del párroco de Sonseca, don Casimiro Eusebio. Y junto a ellos don Primitivo Sánchez Hernández, secretario auxiliar del Ayuntamiento; don Hipólito García-Oliva Gómez-Tavira, médico titular del pueblo; don Baldomero Barbero Ruiz-Tapiador, comerciante, y don Delfín Cañadillas Gómez-Tavira con su hijo Alfonso, ambos cerrajeros artísticos, éste de 18 años. El grupo fue asesinado en el kilómetro 6 de la carretera de Toledo, en el término municipal de Argés, cerca del cerro de los Palos, de cara a la ciudad… unidos, los que en la cárcel habían soportado aquella larga cadena de amarguras con admirable entereza. Fueron enterrados en el cementerio de Nuestra Señora del Sagrario de la ciudad de Toledo.