Maregil Azaña, Nemesio


NEMESIO MAREGIL AZAÑA

Párroco de Sevilleja de la Jara
Natural de San Pablo de los Montes (Toledo), Nemesio nació el 19 de diciembre de 1903. Sus padres se llamaban Vicente Maregil Ortiz y Victoriana Azaña Mora. Habían contraído matrimonio en San Pablo el 19 de diciembre de 1896. La mujer, natural de San Pablo de los Montes, era viuda y se casó en segundas nupcias con Vicente, que era de Barajas de Madrid. Fue bautizado en la parroquia de la Conversión de San Pablo de su localidad natal, el 3 de enero de 1904. Vicente, como consta en la partida bautismal, trabajaba “de peón caminero de la Casilla inmediata de este pueblo”. Testigos afirman que Isidoro García, sacerdote e hijo de pueblo, recordaba que Nemesio “cuando era niño era muy sacrificado: venía desde la casilla de los camineros, andando y descalzo a la escuela del pueblo, y al llegar se calzaba”.

Tras realizar los estudios eclesiásticos en el Seminario de Toledo, se ordenó el día de la Inmaculada de 1928. Entre sus primeros destinos fue ecónomo de la Mina de Santa Quiteria (Toledo). Luego regentó la parroquia de Sevilleja de la Jara (Toledo) hasta el mes de abril de 1936. Una crónica de “El Castellano” del jueves 20 de julio de 1933, titulada “Notas de una excursión” de la Juventud Católica califica así al párroco de Sevilleja: “…El ejemplar señor cura, don Nemesio Maregil, que es el constante impulsor de la religiosidad de este pueblo, se deshace en atenciones. Nos obsequia en con leche en abundancia, aunque hace enseguida la siguiente observación: `Me la ha enviado un señor a quien luego conocerán ustedes. Y me ha dicho: No tengo otra cosa, señor cura; pero a esos simpáticos jóvenes todo, hasta que se ahoguen en leche´. Reímos la ocurrencia… vamos a quedar en bancarrota ante la generosidad de estos simpáticos sevillejanos. Por último, unas palabras de nuestro consiliario don Manuel de los Ríos, y las acaloradas razones de don Nemesio. Quedamos prendados de las cualidades de este joven sacerdote que sólo vive para su pueblo…” Y termina la crónica remarcando que se trata de “un sacerdote que trabaja por sus feligreses”.

Don Nemesio se había distinguido por su caridad y ayuda a los más necesitados, lo cual suscitaba las iras de los responsables de la izquierda local, que gestionaron ante el gobernador su expulsión del pueblo. El 23 de abril tuvo que abandonarlo. Atendió poco tiempo otra parroquia y, tras el 18 de julio, se refugió en el Seminario Menor de San Joaquín de Talavera de la Reina (Toledo). Según testigos, doña Herminia Moreno González, maestra nacional de Sevilleja, que era dirigida del Beato Liberio González Nombela, en estos meses se dedicó a abrir la iglesia y a rezar el rosario. Cuando las cosas se pusieron peor, el taxista del pueblo, que era socialista pero que quería salvarla, la sacó del pueblo para llevarla a Talavera para que se escondiera. Después, todo transcurrió muy deprisa. Según se sabe, el Siervo de Dios Nemesio Maregil Azaña, que era regente de la parroquia de Sevilleja de la Jara (Toledo), movido por la amistad con el Siervo de Dios Bernardo Urraco Alcocer había acudido a refugiarse con él en el Seminario Menor de Talavera, donde éste ejercía como profesor de latín y griego. Juntos se trasladaron a la Casa de la Misericordia de la Plaza del Pan, también conocida como Asilo de la Misericordia, donde las Hijas de la Caridad ejercían su apostolado con los ancianos. Allí pudieron celebrar y ejercer el ministerio. Sería aquí donde los dos jóvenes sacerdotes fueron denunciados por un anciano y detenidos el 3 de agosto.

Inmediatamente fueron llevados hasta las cercanías de Cazalegas (Toledo), y acribillados a balazos. Al llegar el mediodía, los dos sacerdotes seguían tendidos en la carretera, los milicianos los echaron en una carreta y los taparon con una manta. Testigos recuerdan que estuvieron en la puerta del cementerio parroquial, apoyados en una pared de la entrada, luego, les dieron sepultura. En la actualidad sus restos reposan en la Iglesia Colegial de Santa María la Mayor de Talavera de la Reina (Toledo).