Encinas y López Ortiz, Emiliano


EMILIANO ENCINAS Y LÓPEZ-ORTIZ

Ecónomo de Camuñas
Natural de Quero (Toledo) nació el 15 de septiembre de 1903. Sus padres se llamaban Lino y Raimunda. En la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción recibió las aguas bautismales el 29 de septiembre. Se ordenó en Toledo el 11 de junio de 1927. Celebró su primera misa el 24 de junio de ese mismo año. En el “Anuario Diocesano” publicado en 1930 se nos informa que ejerce de coadjutor en Villarrobledo (Albacete). Cuando estalla la guerra es el cura ecónomo de Camuñas (Toledo).

Un día después de estallar la guerra civil, don Emiliano ya tuvo que celebrar la Santa Misa con las puertas de la iglesia cerradas. En previsión de lo que pudiese suceder sumió todas las formas consagradas. Luego se trasladó a Quero, su pueblo natal. Allí permaneció hasta el 13 de agosto. Ese día los milicianos del pueblo fueron a buscarle para llevárselo preso. Diez días estuvo encerrado, siendo golpeado e injuriado.

Según testifica Carmela Almansa, nieta de Simeón Almansa que estaba preso con el Siervo de Dios, la madrugada del 23 de agosto fue el día en que se decidió su asesinato. Junto a ellos iba otro vecino del pueblo, Emilio Martín Benito Gascón. Conducidos a unos tres kilómetros de Camuñas en dirección a la carretera de Madridejos (Toledo) se dirigen al lugar conocido por “Las Asperillas”. Simeón había puesto las manos huecas cuando le ataron y logró, dentro del automóvil, zafarse de las cuerdas. Eran las tres de la madrugada. Mientras Simeón intentaba quitarle las cuerdas a Don Emiliano para saltar en marcha del coche, éste le dijo:

-Sálvate tú, que yo tengo aquí mi destino.

Tras dar un empujón a uno de los milicianos, tras la caída y amparado en la noche para no recibir ningún impacto de bala, logró ponerse a salvo. Como dicta la partida de su defunción en los libros parroquiales. Tras ser fusilado “su cadáver fue arrojado a la Mina del Quijote” en el sitio de Las Cabezuelas” de éste término municipal de Camuñas, según consta en el expediente de defunción tramitado en el Juzgado de Primea Instancia del partido judicial de Madridejos”. Tan sólo tenía 33 años cuando entregó su vida por Cristo.

Seis miembros más de su familia serían arrojados a la misma mina; así como un tercer hombre del pueblo de Camuñas (Toledo) llamado Roso Gallego Cano.