Blanco Fernández, Segundo
SEGUNDO BLANCO FERNÁNDEZ
Beneficiado de la Santa Iglesia Catedral de Toledo
Nació el 1 de junio de 1878 en Toledo. Se ordenó sacerdote el 18 de marzo de 1905. Entre sus primeros destinos fue nombrado capellán de las Madres Capuchinas de la Ciudad Imperial; en 1907 Capellán del Convento de Jesús y María de Toledo; capellán del Colegio de Doncellas Nobles (1914). Se le nombró oficial primero en la Comisaría de Cruzada en 1920. Ese año ocupó el cargo de beneficiado en la Santa Iglesia Catedral de Toledo, ejerciendo de Maestro de Ceremonias.
Don Segundo era profesor de Sagrada Liturgia en la Facultad de Sagrada Teología del Seminario y cuando estalla la guerra nuevamente ocupaba la capellanía del Convento de las Dominicas de Jesús y María de Toledo.
Cuando estalla la Guerra Civil su condición sacerdotal, como a tantos, le hace estar en constante peligro. Y en los últimos días del mes de julio, previendo su inminente detención, se prepara espiritualmente y se viste de seglar. El 4 de agosto, a las ocho de la noche, cuatro milicianos llaman a su puerta y dando fuertes voces dicen: - Ahora mismo, que salga el "cuervo" que vive en esta casa.
Sacado a empellones y culatazos, no le permiten despedirse ni de su madre ni de una tía suya, que, mudas de terror, contemplan la escena. Tras llevárselo detenido, doce sicarios, fusil en mano, irrumpen en el domicilio para saquearlo.
En la obra “Mártires de Toledo” de Cid Leno y Moreno Nieto (Toledo, 1942) se narra así, según los testigos, el momento de su entrada en la cárcel: A última hora del día ingresa en la cárcel de Gilitos. El miliciano que lleva el registro le dice a Don Segundo:
-Saca todo lo que llevas y ponlo sobre la mesa... o te lo sacamos nosotros.
Don Segundo comienza a sacar su rosario, un escapulario, unas estampas que lleva en el bolsillo de su camisa, algo de dinero, su tarjeta de identificación...
-¡Quita todas esas beaterías...! Sólo la tarjeta y el dinero.
¡Tu nombre!
-Me llamo Segundo Blanco Fernández de Lara.
-¡Déjate de noblezas!, le espeta.
Y mientras, escribe en el registro:
4 de agosto... Segundo Blanco, 45,50 pesetas.
Junto al Beato José Polo Benito, beatificado en Roma en el 2007, fueron encarcelados directamente o trasladados desde la Diputación a la cárcel de Gilitos los Siervos de Dios Agustín Rodríguez y Fausto Cantero; el Chantre de la catedral de Cádiz, natural de Olías del Rey, Siervo de Dios Calixto Paniagua Huecas; y los Siervos de Dios Gregorio Martín y Emilio López, cuyas vidas se han narrado ya en esta sección. El grupo se completa con los Siervos de Dios Antonio Arbó Delgado, beneficiado de la Catedral de Toledo; nuestro protagonista Segundo Blanco Fernández de Lara; Raimundo Ramírez Gutiérrez, que a pesar de ser anciano y estar casi ciego, es coadjutor de la parroquia de San Martín; Manuel Hernández Díaz-Guerra que es coadjutor de Portillo (Toledo), y Feliciano Lorente Garrido, párroco de Arcicóllar y Camarenilla (Toledo).
Además de los once sacerdotes, que caerán asesinados en la luctuosa jornada de la madrugada del 22 al 23 de agosto en la Puerta del Cambrón de Toledo, también fue masacrada la Comunidad de los Hermanos Maristas de Toledo: los Hermanos Cipriano José Iglesias, Eduardo María Alonso, Jean Marie Gombert, Addón Iglesias, Julio Fermín Múzquiz, Javier Benito Alonso, Anacleto Luis Busto, Bruno José Ayape, Félix Amancio Noriega y el Hermano Evencio Pérez.
Don Segundo era profesor de Sagrada Liturgia en la Facultad de Sagrada Teología del Seminario y cuando estalla la guerra nuevamente ocupaba la capellanía del Convento de las Dominicas de Jesús y María de Toledo.
Cuando estalla la Guerra Civil su condición sacerdotal, como a tantos, le hace estar en constante peligro. Y en los últimos días del mes de julio, previendo su inminente detención, se prepara espiritualmente y se viste de seglar. El 4 de agosto, a las ocho de la noche, cuatro milicianos llaman a su puerta y dando fuertes voces dicen: - Ahora mismo, que salga el "cuervo" que vive en esta casa.
Sacado a empellones y culatazos, no le permiten despedirse ni de su madre ni de una tía suya, que, mudas de terror, contemplan la escena. Tras llevárselo detenido, doce sicarios, fusil en mano, irrumpen en el domicilio para saquearlo.
En la obra “Mártires de Toledo” de Cid Leno y Moreno Nieto (Toledo, 1942) se narra así, según los testigos, el momento de su entrada en la cárcel: A última hora del día ingresa en la cárcel de Gilitos. El miliciano que lleva el registro le dice a Don Segundo:
-Saca todo lo que llevas y ponlo sobre la mesa... o te lo sacamos nosotros.
Don Segundo comienza a sacar su rosario, un escapulario, unas estampas que lleva en el bolsillo de su camisa, algo de dinero, su tarjeta de identificación...
-¡Quita todas esas beaterías...! Sólo la tarjeta y el dinero.
¡Tu nombre!
-Me llamo Segundo Blanco Fernández de Lara.
-¡Déjate de noblezas!, le espeta.
Y mientras, escribe en el registro:
4 de agosto... Segundo Blanco, 45,50 pesetas.
Junto al Beato José Polo Benito, beatificado en Roma en el 2007, fueron encarcelados directamente o trasladados desde la Diputación a la cárcel de Gilitos los Siervos de Dios Agustín Rodríguez y Fausto Cantero; el Chantre de la catedral de Cádiz, natural de Olías del Rey, Siervo de Dios Calixto Paniagua Huecas; y los Siervos de Dios Gregorio Martín y Emilio López, cuyas vidas se han narrado ya en esta sección. El grupo se completa con los Siervos de Dios Antonio Arbó Delgado, beneficiado de la Catedral de Toledo; nuestro protagonista Segundo Blanco Fernández de Lara; Raimundo Ramírez Gutiérrez, que a pesar de ser anciano y estar casi ciego, es coadjutor de la parroquia de San Martín; Manuel Hernández Díaz-Guerra que es coadjutor de Portillo (Toledo), y Feliciano Lorente Garrido, párroco de Arcicóllar y Camarenilla (Toledo).
Además de los once sacerdotes, que caerán asesinados en la luctuosa jornada de la madrugada del 22 al 23 de agosto en la Puerta del Cambrón de Toledo, también fue masacrada la Comunidad de los Hermanos Maristas de Toledo: los Hermanos Cipriano José Iglesias, Eduardo María Alonso, Jean Marie Gombert, Addón Iglesias, Julio Fermín Múzquiz, Javier Benito Alonso, Anacleto Luis Busto, Bruno José Ayape, Félix Amancio Noriega y el Hermano Evencio Pérez.