García, Fr. Antonio

  

FR. ANTONIO GARCÍA

Comunidad de La Puebla de Montalbán (Toledo)
Fr. Antonio García Moreno nació en Villanueva de Alcorón (Guadalajara) el 17 de febrero de 1886. Sus padres fueron Nicolás y Ceferina. Fue bautizado con el nombre de Julián, que cambió por el de Antonio al tomar el hábito. En su pueblo trabajó como pastor. Inició el postulantado en el convento de Arenas de San Pedro (Ávila) el 8 de agosto de 1919. Tomó el hábito franciscano el 19 de febrero de 1920 en dicho convento de Arenas e hizo en el mismo su profesión temporal el 20 de febrero de 1921, y su profesión solemne el 20 de febrero de 1924.

Permaneció en Arenas de San Pedro hasta 1927. De ahí pasó al convento de La Puebla de Montalbán (Toledo). Por esos años tuvo que ser atendido de su enfermedad del oído. Desde 1930 a 1933 estuvo de nuevo en Arenas de San Pedro. Tras breve estancia en los conventos de Consuegra (Toledo) y Pastrana (Guadalajara), fue destinado en 1935 a la comunidad de La Puebla de Montalbán hasta su muerte.

Fue considerado por todos como un religioso ejemplar. Era habilidoso para todos los oficios, y muy activo y diligente. Desempeñó los oficios domésticos de cocinero, sastre, sacristán y enfermero. Lo hacía todo sin presumir, con la mayor naturalidad. Llevaba con resignación su sordera. Era parco en el hablar y destacaba por su piedad. Padeció el martirio el 31 de julio de 1936 cerca de Toledo, junto con Fr. Raimundo, Fr. Damián y Fr. Matías. Cuando el 24 de julio los franciscanos fueron expulsados del convento, Fr. Raimundo, Fr. Matías y Fr. Antonio fueron acogidos por la misma familia en su casa. Fr. Damián estuvo en otra casa. Los cuatro fueron sacados de la respectiva casa el 31 de julio de 1936 por la mañana y, junto con cuatro varones seglares, conducidos en un camión hacia Toledo, con la excusa usual de que iban a declarar ante el Gobernador. Cerca ya de Toledo, un poco antes de llegar a la antigua Venta del Hoyo, en el kilómetro 4,300 de la carretera de Toledo a Ávila, bajaron del camión a los cuatro franciscanos y a los cuatro seglares y los fusilaron junto a la carretera. Serían las 3 de la tarde del viernes 31 de julio de 1936. Esa misma tarde fueron sepultados por miembros de la Cruz Roja en una misma fosa del cementerio municipal de Toledo, donde permanecen.