Bermejo Henche, Felicitas
FELICITAS BERMEJO HENCHE
Catequista
Nació en Budia, provincia de Guadalajara, el día 23 de Noviembre de 1889. Era hija de José Bermejo García, labrador, y de Alejandra Henche García, aunque se la conocía como María. Fue bautizada por D. José Mª Ruiz Montejo, en la parroquia de San Pedro Apóstol de Budia, el día 26 de Noviembre de 1889, siendo su madrina, su abuela materna, Petra García. Felicitas era hermana del sacerdote D. Juan Bautista Bermejo Henche y estuvo al servicio de su hermano, en Valdilecha, provincia de Madrid, hasta que murió, al ser atropellado en Madrid, el día 8 de Diciembre de 1933. Tras aquel trágico accidente marchó a Budia con su madre, que había quedado viuda en el año 1932. Con ellas, también, vivían dos sobrinos. Felicitas, de estado civil soltera, era profundamente religiosa, asistiendo diariamente a la Santa Misa y recibiendo la Comunión. Se encargaba del cuidado y el adorno de la iglesia, y, daba catequesis a los niños como preparación a la Primera Comunión.
El 15 de Agosto de 1936, se presentaron los milicianos de Brihuega, con gente de Budia, y se llevaron a unas siete personas, entre ellas a Felicitas. En la plaza de Budia juntaron a todos los detenidos: Felicitas Bermejo, Félix Bermejo y, su hijo, Nicanor Bermejo, Isidoro Bermejo, José María Alfaro, Carlos Falcón y Gabriel Martín, y, se los llevaron en un camión, para fusilarlos en las inmediaciones de Brihuega, cerca del molino. La última en ser asesinada fue Felicitas e intentaron quemar su cadáver. Según el testimonio de sus paisanos el motivo para quitarle la vida fue su profunda religiosidad y la atención que dispensaba en la parroquia.
Cuando terminó la guerra, los familiares y los vecinos de Budia exhumaron los cadáveres y los llevaron a Brihuega para identificarlos. Después los trasladaron, en unos carros, a Budia, y todo el pueblo, masivamente, subió a la ermita de la Virgen del Peral, para esperarlos. Desde allí, en Procesión Solemne, bajaron al pueblo andando, y los enterraron, a todos juntos, en una fosa común en el cementerio. Su defunción está inscrita en el Registro Civil de Budia el día 14 de Junio de 1939. Sus familiares, amigos y paisanos le conceden la fama de mártir por lo que piden su canonización.
El 15 de Agosto de 1936, se presentaron los milicianos de Brihuega, con gente de Budia, y se llevaron a unas siete personas, entre ellas a Felicitas. En la plaza de Budia juntaron a todos los detenidos: Felicitas Bermejo, Félix Bermejo y, su hijo, Nicanor Bermejo, Isidoro Bermejo, José María Alfaro, Carlos Falcón y Gabriel Martín, y, se los llevaron en un camión, para fusilarlos en las inmediaciones de Brihuega, cerca del molino. La última en ser asesinada fue Felicitas e intentaron quemar su cadáver. Según el testimonio de sus paisanos el motivo para quitarle la vida fue su profunda religiosidad y la atención que dispensaba en la parroquia.
Cuando terminó la guerra, los familiares y los vecinos de Budia exhumaron los cadáveres y los llevaron a Brihuega para identificarlos. Después los trasladaron, en unos carros, a Budia, y todo el pueblo, masivamente, subió a la ermita de la Virgen del Peral, para esperarlos. Desde allí, en Procesión Solemne, bajaron al pueblo andando, y los enterraron, a todos juntos, en una fosa común en el cementerio. Su defunción está inscrita en el Registro Civil de Budia el día 14 de Junio de 1939. Sus familiares, amigos y paisanos le conceden la fama de mártir por lo que piden su canonización.