González Gómez, Felisa
HERMANA FELISA Mª DE SAN JULIÁN GONZÁLEZ GÓMEZ
Adoratriz de la Casa de Guadalajara
Nació el 23 de Mayo de 1890 en Santa María de Nieva, provincia de Segovia. Fue bautizada en la parroquia de Ntra. Sra. de Soterránea. Ingresó como postulante de las Religiosas Adoratrices el 31 de Diciembre de 1921. Realizó el noviciado en Ávila, donde profesó el 10 de Julio de 1924.
Después estuvo destinada en Madrid, Valladolid y Guadalajara, donde fue administradora, llevando la oficina del telar de Guadalajara. También ejerció los oficios de sacristana y despensera. Su vida era edificante, dando, muy buenos ejemplos de virtud, entre las hermanas.
Al estallar la Guerra Civil, la hermana Felisa, procedente de la casa de Guadalajara, fue a Madrid el 30 de Agosto con el fin de reunirse con su familia. Hizo el viaje en tren, con la hermana Petronila Hornedo, y en la misma estación de Madrid fueron detenidas, junto al hermano de la hermana Petronila que acudió a esperarlas. Desaparecieron los tres, sabiéndose al día siguiente, que habían sido fusilados, pues se hallaron sus cadáveres en un descampado de las inmediaciones de Méndez Álvaro. Terminada la Guerra Civil, fue enterrada en el cementerio de Ntra. Sra. de la Almudena, en el panteón de las RR. Adoratrices.
Tanto la comunidad a la pertenecía como sus familiares le conceden la fama de martirio por lo que piden su canonización.
Después estuvo destinada en Madrid, Valladolid y Guadalajara, donde fue administradora, llevando la oficina del telar de Guadalajara. También ejerció los oficios de sacristana y despensera. Su vida era edificante, dando, muy buenos ejemplos de virtud, entre las hermanas.
Al estallar la Guerra Civil, la hermana Felisa, procedente de la casa de Guadalajara, fue a Madrid el 30 de Agosto con el fin de reunirse con su familia. Hizo el viaje en tren, con la hermana Petronila Hornedo, y en la misma estación de Madrid fueron detenidas, junto al hermano de la hermana Petronila que acudió a esperarlas. Desaparecieron los tres, sabiéndose al día siguiente, que habían sido fusilados, pues se hallaron sus cadáveres en un descampado de las inmediaciones de Méndez Álvaro. Terminada la Guerra Civil, fue enterrada en el cementerio de Ntra. Sra. de la Almudena, en el panteón de las RR. Adoratrices.
Tanto la comunidad a la pertenecía como sus familiares le conceden la fama de martirio por lo que piden su canonización.