Martín Martín, Zacarías Cecilio
ZACARÍAS CECILIO MARTÍN MARTÍN
Coadjutor de Cebreros
Nació el 5 de noviembre de 1889 en Collado de Contreras (Ávila). Ordenado el 18 de marzo de 1916.
Desde julio de 1928 le encontramos ejerciendo como coadjutor del pueblo abulense de Cebreros. Su párroco, el Siervo de Dios Don José Máximo Moro Briz, cuya causa diocesana ya está finalizada, fue asesinado el 24 de julio de 1936. Don Zacarías debía esperar la misma suerte. En varias ocasiones fue cogido prisionero. Era llevado a la cárcel. Le soltaban una y otra vez, divirtiéndose a su costa los milicianos. También le obligaban a hacer guardias. Según testigos, durante estos días rezaba el Rosario con los presos; confesó a todos, cuando presentían se les acercaba la muerte.
El 3 de octubre, según testigos y actas que se guardan en el ayuntamiento, alrededor de 50 personas son sacados de la iglesia-prisión y bárbaramente asesinados a tiros. Entre ellos está don Zacarías. No contentos con arrebatarles la vida, arrastraron y quemaron los cuerpos. El 23 de octubre de 1936 trasladaron los restos de todos y los colocaron en un monumento que realizaron en memoria de los mártires.
Desde julio de 1928 le encontramos ejerciendo como coadjutor del pueblo abulense de Cebreros. Su párroco, el Siervo de Dios Don José Máximo Moro Briz, cuya causa diocesana ya está finalizada, fue asesinado el 24 de julio de 1936. Don Zacarías debía esperar la misma suerte. En varias ocasiones fue cogido prisionero. Era llevado a la cárcel. Le soltaban una y otra vez, divirtiéndose a su costa los milicianos. También le obligaban a hacer guardias. Según testigos, durante estos días rezaba el Rosario con los presos; confesó a todos, cuando presentían se les acercaba la muerte.
El 3 de octubre, según testigos y actas que se guardan en el ayuntamiento, alrededor de 50 personas son sacados de la iglesia-prisión y bárbaramente asesinados a tiros. Entre ellos está don Zacarías. No contentos con arrebatarles la vida, arrastraron y quemaron los cuerpos. El 23 de octubre de 1936 trasladaron los restos de todos y los colocaron en un monumento que realizaron en memoria de los mártires.