Navalpotro Cerrada, Mariano
MARIANO NAVALPOTRO CERRADA
Párroco de Yunquera de Henares
Era natural de Trijueque, provincia de Guadalajara, y nació el día 12 de Febrero de 1976. Era hijo de Robustiano Navalpotro y Paulina Cerrada. Fue ordenado sacerdote en Toledo, por el Dr. Laguarda, Obispo Auxiliar de Toledo, el día 1 de Junio de 1901. Vivía con dos hermanas suyas.
Cuando estalla la Guerra Civil, D. Mariano ejerce como párroco de Yunquera de Henares, provincia de Guadalajara. Celebró la Santa Misa hasta el día 23 de Julio de 1936, consumiendo en esa fecha las Sagradas Especies Eucarísticas, ante el peligro de profanación, y por la persecución en que se hallaban. D. Mariano, junto a D. Julián González Herrera, párroco de Casa de Uceda, sufrió continuos sobresaltos durante el mes de agosto, hasta que el día 23, vinieron a por ellos en un coche, y se los llevaron detenidos en dirección a Guadalajara; pero en las cercanías de la capital alcarreña, en la carretera de Alovera, cruce con la Carretera de Chiloeches, fueron asesinados. No hubo ensañamiento en su cuerpo, pero sí recibió varios tiros de pistola, entregando su vida por ser sacerdote de Cristo.
Su cadáver fue trasladado y enterrado en el cementerio de Guadalajara, donde recibió cristiana sepultura el día 25 de Agosto de 1936. Su defunción está inscrita en el Registro Civil de Yunquera de Henares, el día 10 de Octubre de 1939. En este pueblo, y, en su pueblo natal, entre familiares y amigos, sigue muy vivo su recuerdo y su fama de mártir de Cristo, por lo que piden su canonización.
Cuando estalla la Guerra Civil, D. Mariano ejerce como párroco de Yunquera de Henares, provincia de Guadalajara. Celebró la Santa Misa hasta el día 23 de Julio de 1936, consumiendo en esa fecha las Sagradas Especies Eucarísticas, ante el peligro de profanación, y por la persecución en que se hallaban. D. Mariano, junto a D. Julián González Herrera, párroco de Casa de Uceda, sufrió continuos sobresaltos durante el mes de agosto, hasta que el día 23, vinieron a por ellos en un coche, y se los llevaron detenidos en dirección a Guadalajara; pero en las cercanías de la capital alcarreña, en la carretera de Alovera, cruce con la Carretera de Chiloeches, fueron asesinados. No hubo ensañamiento en su cuerpo, pero sí recibió varios tiros de pistola, entregando su vida por ser sacerdote de Cristo.
Su cadáver fue trasladado y enterrado en el cementerio de Guadalajara, donde recibió cristiana sepultura el día 25 de Agosto de 1936. Su defunción está inscrita en el Registro Civil de Yunquera de Henares, el día 10 de Octubre de 1939. En este pueblo, y, en su pueblo natal, entre familiares y amigos, sigue muy vivo su recuerdo y su fama de mártir de Cristo, por lo que piden su canonización.