Gil Ayuso, Prudencio Marcial


PRUDENCIO MARCIAL GIL AYUSO

Párroco de Velilla de San Antonio (Madrid)
Nació en Mandayona, provincia de Guadalajara, el día 28 de Abril de 1879 y era hijo de Alejandro Gil y Emilia Ayuso. Fue Prudecio Marcial Gilbautizado el día 3 de Mayo del mismo año en la iglesia parroquial de S. Pedro Apóstol de Mandayona por D. Antonio Muñoz y Erezuma. Cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de San Bartolomé de Sigüenza. Fue Ordenado Sacerdote el 19 de Diciembre de 1903, en las témporas de Sto. Tomás. Su primera Misa Solemne la celebró en Mandayona el 8 de Enero de 1904.

En aquel momento había abundancia de clero en la diócesis de Sigüenza y los sacerdotes recién ordenados quedaban sin parroquia, incluso por varios años. Estudioso por naturaleza, D. Prudencio Marcial aprovechó esta circunstancia para estudiar la carrera de Derecho Civil en Madrid de 1906 a 1911, fecha en que se presentó al concurso general de parroquias en la diócesis de Madrid, obteniendo la parroquia de Velilla de San Antonio, en la provincia de Madrid. Allí ejerció su ministerio sacerdotal hasta 1918, en que marchó a la parroquia de San Marcos de Madrid.

En 1923 regresa de nuevo a Velilla de San Antonio donde estuvo hasta 1930. En este año su salud se resiente y los médicos le recomendaron un clima de altura, por lo que permutó su parroquia por la de Mirabueno, en la provincia de Guadalajara y la diócesis de Sigüenza, cerca de su pueblo natal, con una altitud de 1.060 metros. Habitó en la casa parroquial, acompañado y atendido por su hermana Mercedes y una sobrina. Sin embargo, la falta de correspondencia por parte de su nueva feligresía, incluso la hostilidad manifiesta desde que se instauró la República, y, el deterioro paulatino de su precaria salud, fueron las razones que aconsejaron a D. Prudencio Marcial a trasladase a su casa paterna en Mandayona. Alrededor de finales del año 1934, se bajó a vivir con su familia, donde le sorprendió estallido de la Guerra Civil, y sólo subía a Mirabueno los domingos, para celebrar la Santa Misa.

El 25 de Julio de 1936 llegaron los milicianos al pueblo, y fue el día último que celebraron la Santa Misa. La llegada de los milicianos comprometía su vida. En vista de la persecución religiosa, la prudencia exigía tomar precauciones para no ser capturado, y se escondió en casa de un vecino, juntamente con D. Pedro Rubiales, párroco de Mandayona. La misma tarde del día 25, ya buscaban, con insistencia, a los dos curas, pero no fueron descubiertos. Sin embargo, el 13 de Agosto de 1936, dieron con ellos. Era de noche cuando los milicianos los encontraron y al día siguiente, 14 de Agosto, salían de Mandayona en automóvil.

El automóvil tomó camino de Guadalajara, haciéndoles creer que iban a llevar a D. Prudencio Marcial al Hospital de Guadalajara para que fuera mejor atendido. Sin embargo, la primera parada fue en las tapias del cementerio de Jadraque, allí bajaron del automóvil a D. Prudencio Marcial, diciéndole que lo iban a matar. D. Prudencio-Marcial contestó: “Acepto la muerte injusta que se me impone. En nombre de Jesucristo, que murió en la Cruz por todos para redimirnos, os perdono generosamente”. Inmediatamente, una descarga cerrada de sus fusiles le hizo caer en tierra muerto. D. Prudencio Marcial contaba cincuenta y siete años de edad. Su cadáver fue enterrado en el cementerio de Jadraque y un año más tarde, sus restos fueron trasladados al cementerio de Mandayona. En su pueblo natal, familiares y amigos, mantienen muy vivo su recuerdo y su fama de mártir de Cristo, por lo que piden su canonización.